Y no es coña

Con una agenda sin resquicios

Desde que recibí el alta médica de mi episodio con el coronavirus, mi agenda se ha convertido en algo vertiginoso. Entre citas médicas, las nuevas más las rutinarias, las ganas de recuperar el terreno perdido, intentar ver todas aquellas obras que entre los quince días de aislamiento y los diez en Beja se habían estrenado y que están a punto de abandonar la cartelera madrileña, más unos estrenos que esperaba con muchas ganas y otras visitas a lugares donde ya debí pasar, sin olvidar que estamos en remodelación de este propio periódico, que hemos entregado a imprenta un libro majestuoso de Eugenio Barba y Nicola Savarese, “Los Cinco Continentes del Teatro”, uno se siente en ocasiones sobrepasado, pero ufano, muy satisfecho, porque esta actividad forma parte de una elección y de una manera de entender la vida, y es mi claro compromiso con las Artes Escénicas desde el año 1969. Teatro y Periodismo. Lo demás puede esperar.

 

Por lo tanto en mi día a día, voy resolviendo problemas de la Librería Yorick y Artezblai, esas dos pequeñas empresas de las que formo parte de manera accidental, pero que las defiendo porque son el instrumento con el que incido en la realidad teatral iberoamericana y me permite mantener contactos con personas maravillosas tanto en la creación como en la gestión, ilusiones y proyectos que defienden mis compañeras que son las profesionales que lo desarrollan y que están contratadas en las mejores condiciones posibles para la continuidad, salarios que siempre son insuficientes, por las circunstancias en las que se mueve todo este mundo.

Queda claro que no me da la gana esconder mis fobias, mantener una mala relación casi inexistente con el INAEM y el Ministerio de Cultura, intentar mantener un espíritu crítico con todo aquello que teniendo razón o no, he ido señalando y que desgraciadamente, en muchas ocasiones mi diagnóstico se ha cumplido. Por ello si veo procesos de selección de direcciones de festivales o instituciones que incumplen sus propias convocatorias, lo denunciaré, me cueste lo que me cueste. Y advierto al director ¿consorte, adjunto, subcontrato? del FIT, que a su mala educación no añada mentiras y cuestiones raras. Nadie, nunca, le ha insultado ni difamado. Hemos intentado narrar la realidad. Y opinar sobre ello. Esperemos a ver qué sucede porque hay movimientos “legales” en este proceso tan extraño. Estaremos atentos a los acontecimientos, pero la verdad es que todo huele muy mal. Y la actitud exterior de esta pareja no es como para mostrarse optimistas. Están muy acomplejados y saben que están ahí por cuestiones que no tienen que ver ni con su currículum ni su proyecto. Pueden ser un rémora grande para el FIT, que es lo peor. Y la duda sin responder es que, si se nombra a una persona, ¿por qué se presentan a dos? Y si son dos, ¿cobran el doble o la mitad? Es una mala costumbre esto de que las parejas se contraten entre sí, sobre todo, porque es dinero público, no de su patrimonio personal o familiar. Y si viajan siempre juntos, cuestan el doble, en viajes y a los festivales que los acogen. 

Para que no se confundan estos ofendiditos, después de acudir durante décadas, de colaborar en la difusión del FIT por toda Iberoamérica con ARTEZ y www.artezblai.com, sabemos que su mala educación y no saludar en un recinto cerrado en donde solamente estábamos ellos y yo, es una manera de demostrar el mismo desprecio sobre los medios que represento y mi persona, que el que yo tengo sobre su ignorancia y arrogancia. Hay muchos festivales en esas fechas, hay mucho teatro, otros eventos en la península Ibérica o en Iberoamérica con mucha más coherencia que lo que ellos proponen. Algo tendrá que decir el señor Fernando Cerón, su padrino aparente. Pero sus silencios y su maltrato a estos medios que represento y a mi persona es ya una constante. Y lo sabe, no le debemos nada, no nos puede quitar nada más, porque nada nos da. Y su jefa en el INAEM, quizás sí debiera preguntarle algunas cosas. O eso me parece, a no ser que esté completamente de acuerdo en lo que se está haciendo. Lo del Ayuntamiento de Cádiz, para mí, es una de las frustraciones más dolorosas de la inoperancia de algunos partidos en el ámbito de la Cultura. Si quieren hacer del FIT un festival generalista europeo, están en su derecho por su mayoría en votos, pero el INAEM, ¿está de acuerdo en dotar de ese dinero a un festival más o franquicia de otro muy grande? 

Bueno, las Artes Escénicas de Iberoamérica necesitan de contactos solventes, de relaciones en horizontal, sin ese tufo de neocolonialismo que desprenden las declaraciones de Cerón, la concejala y la pareja feliz. Muchos llevamos años colaborando, incluso antes del FIT con las artes escénicas iberoamericanas, sabiendo de lo que allí sucede, teniendo relaciones constantes y eficaces y seguiremos en ello. Y con quienes, en Portugal, Almagro, París o cualquier otro punto de este Estado español traten de tú a tú, por convicción a las artes escénicas iberoamericanas que tanto nos pueden enseñar y que tanto necesitan en estos momentos de nuestro amparo. Nosotros estaremos donde estamos, donde estuvimos siempre, pero debe ser el INAEM quien se plantee en serio qué está propiciando de manera tan poco transparente. 

Así que perdonen por este paréntesis tan extenso, ya que quizás sea mi última intervención en este asunto, como en lo que ha sucedido en Mérida y sus citas judicializadas en otorgar la gestión, porque la realidad, el día a día, me parece mucho más interesante, viendo obras y espectáculos buenos, buenísimos, regulares, malos y muy malos, pero en su inmensa mayoría hechos con honestidad. Y si existe una tendencia a abusar de unos temas, si se repiten situaciones, repartos, dramaturgas y directoras, es coyuntural, y tengo la suerte de poder desplazarme a muchos lugares, de asistir a todos estos eventos, disfrutar de ellos y de la compañía y hasta amistad de programadoras, directoras de teatros, gestoras, docentes, productoras y distribuidoras que saben y se han dejado la vida en hacer mejor este mundo de las artes escénicas tan maltratado. Con discrepancias, me siento identificado con ellas. Con esas personas que luchan diariamente por hacer mejor su labor, cada una en su ámbito. El resto, los oportunistas, enchufados, iluminados y soberbios, no me interesan más. Nada. Punto y aparte. Me dedico a partir de este momento a cumplir mi agenda que es una maravilla de acciones en positivo.

¿Para qué perder el tiempo con mediodías, habiendo días enteros?

La Vida es Bella y el Teatro intenta explicarla y ayudarnos a comprenderla.

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