La loca de la casa

Ejército de amazonas: #niunamenos13A (1)

Impresionante ver la ciudad de Lima llena de mujeres de todas las edades, tamaños, colores y tendencias levantando el puño. Amazonas usando por arco su voz, gritando «Ni Una Menos Vivas Nos Queremos»

(En Perú 7 de cada 10 mujeres sufren violencia física por parte de sus parejas, según datos del MIMP /54 casos de feminicidio y 118 tentativas del mismo en lo que va de 2016 según centro de emergencia dela mujer)

No sé si será deformación profesional o embriaguez del deber cumplido, pero se repetía en mi mente la imagen absurda de un caballo de Troya, cuyo contenido en lugar de aqueos eran amazonas que de repente invadían la ciudad de Lima mientras los machos dormían su borrachera impune de mano ancha y pene satisfecho.

La última vez que vi tantas personas a «una sola voz» fue en Madrid en el «No a la guerra», solo que allí todo tenía su lógica… legitima cuestión de acción – reacción. Un golpe seco, y el pueblo que se puso en pie.

En este caso, la reacción no obedece a un impacto sorpresa o aun golpe de repente… son años, son siglos de golpes, de sangre, de abuso que ya se hizo parte del cotidiano.

¿En dónde ha estado el punto de inflexión? ¿y después de ese alarido amazónico qué? También me ha dado por preguntarme si es que en la época incaica ya tal despropósito era habitual ¿En dónde está el origen de esta práctica incoherente? ¿Cuándo y porque empezó?

¿Qué sigue aparte de la resaca y los chistes baratos de algunos que aún no han entendido de qué se trata esto del Ni Una Menos? ¿Qué pasó, que pasa y sobre todo que pasará?

Este «fenómeno» porque ES un fenómeno social, me llena de reflexión, de preguntas y también de muchas respuestas. También de emoción y de agradecimiento.

Se me repite a cada instante, desde días antes de la marcha esa canción de Silvio «Me estremecieron mujeres que la historia anotó entre laureles, y otras desconocidas gigantes que no hay libro que las aguante» porque esas desconocidas son esas amazonas que invadieron lima el 13 de agosto de 2016, y también son esas mujeres que antes de la marcha ya trabajaban para que ocurriese lo que ocurrió.

Esas mujeres despertaron en muchas mujeres como lo hicieron en mí, a una guerrera que andaba por ahí durmiendo, y descansando quizá de tanta guerra pasada. Y que con su pasión me lanzaron «al ruedo» en una acción que me devolvió el derecho a mirar a cualquier abuela a sus ojos. «Pero lo que más me ha estremecido hasta perder casi el sentido» ha sido esos hombres sonando y resonando en una misma causa con las mujeres.

Y esto último también me ha hecho advertir ciertos «peligros» que ´podría acarrear una lucha que se puede convertir en la «lucha por la lucha», como medio catártico de tanta rabia acumulada, haciendo del hombre el enemigo;

Pienso en los errores de comprensión de algunos «despistados» que no han leído el mensaje, también en lo cuidados que hay que tener desde aquellos colectivos encargado de hacer que esto no se quede en anécdota fugaz y en los que el hecho artístico que ha cumplido un rol fundamental. De eso y más quiero hablar y hablaré el próximo día.

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