Críticas de espectáculos

El rumor analógico de las cosas / Fernanda Orazi

Juego para jugadores

El teatro dentro del teatro tuvo su gran apogeo en el siglo XVII. En sentido estricto, es una técnica, un recurso del dramaturgo para contar una historia o miles de historias consiguiendo cierta distancia de la realidad. En cierto modo, consiste en retorcer la narración para significar que se está haciendo una ficción.

Lo que sucede con el teatro barroco es que transmite unos valores y unas reflexiones filosóficas de gran calado religioso, político, social. Aparte de dibujar la sociedad de su momento, se aprecia un contenido con cierto interés.

En “El rumor analógico de las cosas”, un texto ágil y maravillosamente construido por Fernanda Orazi, se plantea jugar al teatro en el sentido más puro. La palabra protagoniza la dramaturgia como significante y como significado. La palabra, las palabras conforman el contenido, el cuerpo casi físico de la pieza. Los actores se convierten en meros jugadores del lenguaje, especulan con las acepciones de las palabras para jugar al teatro; interpretan las palabras para hacer una representación teatral.

El texto, dicho de corrido, no es más que un juego de palabras, de frases que a veces carecen de sentido. El texto, distribuido entre los intérpretes, a veces parece un “diálogo para besugos” que no lleva a ninguna conclusión.

No obstante, el texto posee una lógica inteligente. Indaga, escudriña la naturaleza del teatro en sí, tanto en su aspecto metafísico como en la tecnología de su construcción escénica. El texto constituye un estupendo ejercicio de aprendizaje para los actores noveles y para los consagrados puede llegar a ser un recital

Fernanda Orazi investiga, pone negro sobre blanco, el hecho mismo de ser actor o actriz. Así, plantea cuestiones acerca de la identidad tanto del intérprete como del personaje. “Somos idénticos, …noruegos, …él es extranjero, … somos transparentes, …él es mi prima Sofía…” Todos, con independencia del género, aceptan el juego de identidad.

Y continúan. “Pero tiene que pasar algo”. Deciden que hay que construir una trama y el juego aborda la transformación que cada actor o actriz ha de asumir: es el personaje, su razón existencial y la relación con los demás. Después surge la cuestión de la verdad, posteriormente analizan el proceso de creación, las motivaciones, los métodos de construcción, las técnicas interpretativas, el desarrollo de los personajes. Con el juego se aventuran a reflexionar acerca del tiempo. “Este momento es un montón de momentos, …cuando narras una historia ya ha sucedido, …decir una cosa después de otra aunque suceda en el mismo momento…” Juegan a considerar el espacio, acá, allá, en Rusia. “Ivanov vive en Moscú”, y lo interpreta Lucio aquí. En fin, analizan los afectos, las miradas, la imaginación, los sueños, la verdad que cambia. “Algo tiene que ser verdad, (…) nosotros, los otros, somos, son, ahora, ayer…”

La puesta en escena, que ha dirigido la misma autora del texto, evoca una sala de ensayo con ejercicios sucesivos en tiempos distintos donde, el texto sirve de hilo conductor para hacer improvisaciones y escenas. “Hago como si no fuera yo, como si fuera otro”. “¿Estás actuando?” Puro juego teatral.

Un sofá, un banco y dos taburetes son todo lo que hay en escena. No se precisa de más porque la palabra es la energía que impulsa a cada personaje. Las acciones son una especie de danza de relación unas veces en conjunto, otras en grupos, otras de forma individual. En ocasiones, dan la sensación de ser bolas de billar que son lanzadas por la energía de la palabra, topan con las paredes y rebotan unas con otras una y otra vez.

La compañía El Rumor ha reunido a un elenco joven que aporta frescura y dinamismo al texto. El conjunto actoral hace verosímil lo que sucede en escena, el juego. Sin duda, “El rumor analógico de las cosas” es un montaje que se hace necesario para todo actor o actriz que está en sus inicios porque habla del teatro en su aspecto técnico interpretativo. Por su puesto, para los amantes del teatro hay que decir que no les defraudará porque, aparte del juego bien hecho, hay muchos guiños bañados con fino humor.

Manuel Sesma Sanz

Espectáculo: El rumor analógico de las cosas. Autora: Fernanda Orazi. Reparto: Ana Lischinsky, Guadalupe Álvarez, Rafael Delgado, Eva Chocrón, Juan Branca, Lucio Baglio, Pilar Ureta, Alicia Calôt, Sebastián Asioli, y Mey Ling-Bisogno. Iluminación: Paloma Parra. Dirección: Fernanda Orazi. Compañía: El Rumor. Sala Cuarta Pared de Madrid, desde el 7 al 17 de junio.

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