Aclárate la voz

Guía Esencial de la Voz (I)

Un día, no hace mucho tiempo, un nuevo colega de fatigas en este mundo de la palabra, desconocido para mí, dejó a mi lado una idea; escribir un Abecedario de la voz, un texto sencillo y práctico que sirviera de abc iniciático para aquellos que se acercaran por primera vez a su voz y quisieran hacer algo con ella. Sonrío, hacer algo con ella. Recuerdo un día. Acabo la clase en una escuela de teatro, el grupo de alumnos comienza a protestar, con más o menos fuerza y con bastante naturalidad: las calefacciones no funcionaban desde hacía unos días. El director, entre risas y asombro, me dice, pero qué haces en las clases para qué salgan así. Divertido, le contesto, yo les ayudo a sacar la voz, lo que hagan con ella, les pertenece a ellos. Disculpad el desvarío, unos de estos virus insidiosos me ha dejado barrida la capacidad de concentración.

La idea del Abecedario de la Voz, quedó ahí, tendida a mi lado, sonando ajena. Y, en algún sitio de mi interior comenzó a resonar. Cada día un poco más fuerte. Hasta que comenzó a convertirse, más que en una idea dejada en el aire, en un impulso interno propio con su propia fuerza. La empresa, la sentía demasiado grande, como cada vez que comienzo a andar por algunas tierras nunca transitadas y de las que aún no tengo una conciencia clara de sus dimensiones. Decidí buscar compañero de viaje, en este caso compañera. Y Bettina Aragón Hillemann se subió encantada a un tren que ella también hacía tiempo que estaba pensando en tomar. El impulso sugerencia que vino de una mano ajena, casi por presentada casualidad, se convirtió en un paso que surgía como consecuencia natural de un proceso de colaboración previa de los dos autores como equipo docente en distintos programas de pedagogía vocal. La necesidad de elaborar y extraer lo esencial de todo lo aprendido a lo largo de nuestras trayectorias individuales, tanto en el rol del alumno como en el de profesor, y claro está, la elaboración de esta «Guía Esencial de la Voz» es consecuencia de un deseo de transmitir lo construido, siempre desde nuestras percepciones, experiencias y reflexiones. Y ahí, empezamos.

Primera, estación, nombre y bautizo, «Guía Esencial de la Voz». Ya en el buscar el nombre quedaron reflejadas las situaciones a vivir en el proceso de su creación y construcción: preguntas, cuestionamientos, reflexiones, elaboraciones, destilaciones, espacios en el oscuro, gestación de ideas propias, autoafirmación, esfuerzos mentales y físicos al dar forma, en palabras a cada percepción y a cada realidad interna hasta parir aquello que queremos plasmar en el papel. Guía, porque es marcar un camino trazado paso a paso, un camino no rígido que ayude a la persona a conducirse por los parajes de su propia voz y a elaborar su propio diario de viaje; esencial, no solo como reflejo de un empeño en el destilar toda la información hasta quedarse con el núcleo del aroma y del sabor en el interior de cada palabra elegida, sino porque, una y otra vez, retornamos a lo esencial en el impulso del acto vocal, la construcción de la voz de la persona, la percepción de la identidad de la persona a través de su voz; la voz, ¿qué es la voz? Que pregunta!, ¿verdad? Una pregunta tan simple con una respuesta tan simple en apariencia ha provocado la elaboración en alta definición de toda una posición filosófica no solo en la concepción de la vivencia de la voz sino también en el posicionamiento pedagógico elegido en el momento de acompañar y ayudar a una persona a construir su propia voz.

Hasta la próxima semana.

Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba