Y no es coña

Rumores

Cada cambio de ciclo político desencadena una incertidumbre que acostumbra a paliarse con una fuente de rumorología aplicada. De momento, los agoreros no hemos acertado demasiado, y existe un ministerio de Educación, Cultura y Deportes, lo que nos deja un poco más calmados, ya que aunque sea con rango de Secretaría de Estado, la Cultura tendrá presencia presupuestaria propia, diferenciada y escalonada. Además, el nombramiento de José María Lassalle al frente de esa secretaría ha despertado confianza ya que ha sido en los últimos tiempos el urdidor de todos los asuntos culturales del PP y se le reconoce, cuando menos, cintura, capacidad de interlocución y un conocimiento de las realidades no excesivamente recabado desde un prisma muy sectario. Más de centro.

Hasta aquí lo que podemos constatar a fecha de hoy. El resto es un misterio, una inquietud, una esperanza, un rumor extendido. Con la tijera de recortar en una mano, los compromisos ineludibles contraídos por el Estado en estos años en la otra, y un estudio de lo que se quiere hacer en el futuro, se empezará a vislumbrar por dónde van a ir las decisiones. Pasemos a revisar algunos de los rumores. Yo he escuchado de boca de una persona generalmente bien informada, que hay una idea de suprimir el INAEM. Exactamente, yo pensé lo mismo, y exclamé como ustedes ¡No jodas! Si se suprime, como ya se intentó en la legislatura anterior, para convertirlo en una Agencia, veremos si esto ayuda a mantener el pulso mínimo o se resquebraja todo el edificio.

En algo estamos casi todos de acuerdo: las estructuras de personal en las unidades de producción del INAEM están fuera de toda lógica. La presión económica que provoca tener esas nóminas tan amplias y tan poco operativas, le resta viabilidad a las propias unidades de producción. ¿Cambiar de titularidad, sería una manera encubierta de realizar la tan necesaria reforma? ¿Hasta dónde debería llegar esta reforma para que se pudiera pensar en una nueva etapa que abriera nuevos caminos hacia el futuro?

En este orden de cosas, parece que existe cierto malestar por los nombramientos del anterior equipo de los responsables de las propias unidades de producción. Se hicieron con las elecciones convocadas y las encuestas anunciando lo que al final ha sucedido. No se cuestiona tanto a las personas elegidas, sino al tiempo político en el que se produjo. ¿Se tomaron las decisiones con algún tipo de consenso con el PP? Si se emprende la eliminación o sustitución del INAEM, ¿se podrían anular todos los nombramientos?

En el campo de las Artes Escénicas y de la Música se dan por inamovibles muchas rutinas que viene de los años ochenta y que quizás no estaría mal poner en el debate. Los gobernantes actuales tendrán que tomar decisiones, las asociaciones gremiales deberán defender sus intereses, lo que es indudable es que van a producirse cambios. Y notables. En la Red de Teatros Públicos se ha producido una nueva elección de presidente, y a los pocos días ha dimitido. También existe rumores sobre los auténticos motivos de esa renuncia.

Lo cierto es que existe una sensación de que los públicos están acudiendo a los teatros. En todos los rangos. Obviamente deben producirse disminuciones, al bajar la contratación, pero si el futuro lo hacemos en paralelo con los públicos y su apoyo, todo será más fácil.

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