Negro & negro

Se escapó la tortuga

El 30 de junio de 2009 se estrena en Europa el espectáculo Avenida Dropsie de Sutil Companhia de Teatro de Brasil. Inaugura la programación de la XV dFERIA de Donostia que en aquella época se celebraba en el mes de junio. El espectáculo es el fruto de un estudio profundo del universo del artista gráfico Will Eisner. Es un cómic escénico que refleja la vida en una gran ciudad. Sus gentes, sus personajes pintorescos, las disputas entre vecinos, el amor anónimo en una urbe impersonal y deshumanizada. Multitud de escenas breves que se suceden al ritmo trepidante que impone la propia ciudad. Su diversidad es contada con poesía.

Su director, Felipe Hirsch, realizó un amplio trabajo de investigación sobre la obra de uno de los mayores artistas de nuestro tiempo. Se refleja en el espectáculo desde su revolucionaria creación de «Spirit» hasta, principalmente, sus novelas gráficas, y es reflejado en escena en un guión que reúne historias, personajes e imágenes de la memoria del dibujante y escritor. El espectáculo es un muestrario de la diversidad de personajes que habitan en las grandes ciudades, con una puesta en escena absolutamente cinematográfica.

En un momento del espectáculo hay una lluvia torrencial tan intensa y duradera que la hace grandiosa. Nunca he visto en un escenario de 12 metros de boca que la lluvia llegara de lado a lado del mismo y que permaneciera lloviendo torrencialmente durante 17 largos minutos en escena. La compañía ideó un sistema de bombeo de aguas desde el peine hasta escena y obligó a que el equipo de producción montara un complejo mecanismo de recogida de aguas en el contrafoso del teatro para recoger las aguas, enviarlas a unos bidones y de ahí volverla a enviar hasta arriba creando un circuito cerrado que lo convirtieron en una viguería técnica.

El público se sorprendió y recibió el espectáculo con entusiasmo. Lo que nadie imaginaba es lo que había ocurrido entre bambalinas. Aquello fue un milagro. La productora del espectáculo perdió el barco que debía traer la carga. Se necesitan 22 días de navegación para llegar desde Curitiba hasta Bilbao. Pierden el barco. El siguiente salía seis días más tarde. No llegaría. La productora decide enviar la carga por avión. Llevan la carga a Belo Horizonte, atan un buen precio y preparan el material para embarcarlo. No les dejan porque no estaba bien paletizado. Gestionan otro vuelo. Tampoco pueden cargar por no cumplir los requisitos establecidos por Aviación. Pierden un segundo avión. Pierden un tercer avión incomprensiblemente. El tema les está desbordando. Finalmente les queda una oportunidad y consiguen cargar. El problema es que este cuarto avión iba a Amsterdam. Hay que preparar una logística para traer toda la carga por carretera al puerto de Bilbao, pagar los aranceles y traerla a San Sebastián.

Por fin en Amsterdam la carga se transporta a Bilbao y a las 2 de la tarde del viernes se consigue, previo pago, sacar toda la carga del puerto de Bilbao. Llevarla a San Sebastián y comenzar un montaje muy complejo que tenía una previsión de duración de tres días. Si no se consigue sacar la carga de Bilbao a las dos del viernes hasta el lunes (día de la actuación) no se podía haber sacado. Como consecuencia habría que haber suspendido. dFERIA no hubiera pagado. Además cuando tres horas antes del comienzo de la función se realiza la primera prueba el agua se escapaba. No se podía hacer. Tenían tres horas para ver que pasaba y buscar soluciones. El equipo de producción del teatro lo consiguió…fueron 10 minutos de retraso. Nunca un retraso ha sido tan breve. No hace falta explicar que la carga era grande y que el dinero que cobró la compañía fue destinado íntegramente a pagar los costes enormes del traslado.

Sencillamente, se les escapó la tortuga.

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