Sud Aca Opina

Viaje fantástico

Mientras escribo estas palabras desde mi presente, me da la sensación de estar retrocediendo hacia el pasado, vivir el aquí y el ahora con un punto de vista que me permite tener otra perspectiva de las cosas y ciertamente estar proyectándome hacia el futuro lejano. Mi imaginación se hace palabras solo censuradas por mi propio juicio. Puede llevar al papel cualquier tipo de recuerdo, vivencia del momento o posibilidad futura, por más remota, irreal, improbable o desquiciada que esta sea para los parámetros de normalidad comúnmente aceptados. Mi imaginación es solo mía y por lo tanto yo soy su único amo y señor con el poder de dejarla volar alto como la más maravillosa de las aves o arrastrarse como un despreciable gusano. Esta sensación de creación personal no solo la puede entregar la escritura, sino que todas las artes en general, como el medio de comunicación alternativo que son. Incluso cuando un pintor está realizando un retrato, por muy híper realista que este sea, con pinceles y pigmentos está llevando al soporte lo que sus sentidos y experiencia de vida le van dictando a la mano, con toda la carga de sentimientos que el artista ha ido acumulando durante los años vividos. Una leve curvatura o un sutil cambio de tono pueden hacer una radical diferencia en la expresión del rostro al momento de reconocer en un retrato a la persona que sirvió de modelo.

Las artes en general son un viaje fantástico a nuestro ser interior, ese que suele esconderse tras la rutina, la velocidad desmedida de nuestros tiempos, el cansancio de la exigencia permanente o simplemente el desgano por una falta de motivación que se ha transformado en la constante.

Al hacer una encuesta popular, la gran mayoría declara que de tener la oportunidad, lo primero que haría sería viajar para hacer un paréntesis en su vida. ¿Y por qué no hacerlo si está al alcance de un boleto para una función o al ticket de entrada para un museo?

El concepto de viaje suele asociarse a un desplazamiento físico para vivir otras realidades tanto geográficas como culturales. ¿Y qué es el teatro sino el desplazar nuestra mente a otra realidad?

La imaginación es la más poderosa herramienta capaz de transformar y transformarnos, si tenemos la voluntad para hacerlo. No presenciar sino que vivir una obra desde nuestra posición de espectador, nos da la oportunidad de hacer un viaje mental hacia donde la propuesta escénica nos sugiera, el cual no necesariamente será hacia donde el autor de la misma nos proponga hacerlo. Los caminos de la mente son infinitos y sus encrucijadas aún mayores por lo que si sabemos aprovechar la oportunidad, podremos viajar hasta donde nuestra imaginación quiera llevarnos si solo la ayudamos un poco en su cometido. Las artes en general son ese catalizador capaz de mostrarnos los infinitos caminos por los cuales podemos transitar.

El viaje recién comienza y su destino aun es un misterio atrayente para quienes nos atrevamos a emprender el viaje fantástico, un recorrido misterioso lleno de sorpresas, un viaje tan grande como la vida misma.

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