La coreógrafa alavesa estrena en Barakaldo su nueva pieza híbrida, ‘Notwithstanding’
El Teatro Barakaldo ofrece el 16 de marzo el estreno de ‘Notwithstanding’, la nueva pieza de la coreógrafa Blanca Arrieta (Vitoria-Gasteiz, 1970). Formnada en el London Contemporary Dance School/The Place, desde el año 2000 se dedica a la creación propia enfocada inicialmente en el movimiento. Entre sus numerosas obras figuran ‘Puzzling‘, estrenada en el Museo Guggenheim Bilbao en 2018, ‘Siringe’ (2021), un trabajo de exploración en el diálogo entre la danza y la música, o el concierto-instalación sonora ‘Dislocations’ (2022), creado junto a KLEM Laboratorio de Electroacústica Musical, el creador-intérprete Robert Jackson y la bailarina Laura Cobo. Estos dos últimos, junto a Gabriel Ocina (voz) suben a escena en la nueva pieza de Arrieta.
¿Qué es ‘Notwithstanding‘ y cómo surge?
‘Notwithstanding‘ surge de un proceso multidisciplinar. Es, en primer lugar, una exploración del lenguaje del movimiento en relación a otras artes, integrando en su proceso de creación la fotografía, la ilustración, el audiovisual y la arquitectura industrial. El objetivo es conducirnos por diferentes estados imaginarios y poéticos, utilizando metáforas generadas por la interacción entre el cuerpo, la imagen y el edificio. El trabajo reflexiona sobre los conceptos superpuestos de cuerpo-espacio-lugar-paisaje. La danza se construye paso a paso, entrelazándose y armonizando con el resto de elementos en juego, moldeando el espacio no visible. Busca y se refiere a los espacios imperceptibles, llenos de detalle y significado, entre la horizontal y la vertical, entre el gesto y la palabra, entre decir y desdecirse. El proyecto reúne a un equipo mixto de artistas colaboradores conformado por los bailarines Laura Cobo y Robert Jackson, el actor Gabriel Ocina, el fotógrafo Juan Félix Ruiz, el diseñador de luz Borja Ruiz y la artista visual Leire Llano.
La pieza parte de la observación de las ruinas de la fábrica de Ajuria y Urigoitia, en Álava. ¿Qué tiene de especial ese lugar?
‘Notwithstanding’ nace bajo el paraguas de un proyecto artístico multidisciplinar mayor: ‘Unseen Landscapes (still and moving)‘, diseñado en el marco de «Intervenciones Artísticas en espacios no convencionales» del programa Europeo TRAINART, en el que participo en 2020-22 por mediación de Haceria Arteak (Bilbao). Este programa me da la oportunidad de desarrollar un concepto que me ha interesado durante años, y en el que se ha centrado gran parte de mi trabajo reciente: los vínculos entre la danza y otras artes en relación al espacio, su arquitectura y su poesía.
El trabajo comenzó con una intervención fotográfica, de la mano del fotógrafo Juan Félix Ruiz, en la antigua fábrica de Ajuria y Urigoitia en Araia, Álava. Ésta fue una de las primeras fábricas de la industria siderúrgica en Euskadi; cerró en el año 1985. Desde entonces sus ruinas coexisten con la vegetación del Parque Natural de Aizgorri-Aratz. Estos edificios industriales están muy presentes en nuestro paisaje y en nuestra historia, están ahí para recordarnos nuestro pasado, y también la vida y la identidad de nuestros antepasados. En muchos casos tienen, además, un valor estético considerable, por la calidad de la obra de arquitectura y su diseño. La estructura de la fábrica de Ajuria y Urigoitia, o lo que queda de ella, conserva el carácter y la fuerza visual, el misterio y la evidencia de un pasado. Esto es lo que me atrae. Es en el proceso de re-imaginar y re-inventar un lugar donde encuentro la posibilidad artística. El punto de partida ha sido, por tanto, un lugar. Un espacio físico para la observación, el estudio y la articulación de los elementos que después han formado parte del proceso: cuerpo, imagen y sonido inicialmente, más tarde también la voz y la palabra.
Incorporáis un texto de Samuel Beckett. ¿Por qué este autor?
En agosto de 2023, Tabakalera y la Quincena Musical de San Sebastián me ofrecen una residencia de creación en torno a la exposición «That Time. Arte Ederren Bilboko Museoa – Tabakalera«. El título hace referencia a la pieza teatral ‘That Time‘ (1976) de Samuel Beckett. La exposición se conforma por una parte importante de la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Obras de diferentes autores, épocas y estilos se distribuyen en el espacio expositivo de manera que dialogan unas con otras, desde la quietud y el silencio, en estrecha proximidad o interactuando a una mayor distancia. Éste proyecto se cruza en aquel momento con los primeros ensayos de ‘Notwithstanding‘. La idea sobre cómo dialogan los cuerpos desde la quietud y el silencio que les rodea entra en el proceso, muy centrado por aquel entonces en el silencio que rodea el paisaje industrial de Ajuria, y en la imponente presencia de su estructura física. De igual manera incorporamos la obra de Samuel Beckett al trabajo, más concretamente el texto ‘Worstward Ho‘ (1983), traducido al castellano como ‘Rumbo a peor’. Es un texto muy físico y me interesan mucho su complejidad, su ritmo y su musicalidad, además del uso de la repetición y la variación, el juego con el significado de la palabra y la idea de la imposibilidad del lenguaje de decirlo todo, de explicarlo todo.
¿Cómo se ha desarrollado el proceso de creación?
Inicialmente el trabajo se ha centrado en la producción de imágenes físicas y metafóricas, a partir de una observación detallada del “lugar” y su entorno, para después trasladar estos descubrimientos y materiales artísticos al lenguaje del movimiento. En el caso de la fábrica de Ajuria, observamos cómo el espacio se funde con su entorno, cómo se mantiene en pie, cómo se separa del entorno natural que lo rodea, y cómo todo ello evoca misterio y estimula nuestra imaginación. Este “lugar” es también un “cuerpo” que proyecta una fuerte consciencia material y temporal. Proyecta también un fabuloso silencio. Coreográficamente hemos trabajado conceptos muy físicos, explorando tanto la quietud como el movimiento que coexisten en la imagen capturada de un cuerpo, un objeto, elementos de la naturaleza o una perspectiva única del espacio. El reto ha estado en materializar estas sensaciones y hacerlas tangibles. Trabajar con otros géneros artísticos (procesos híbridos) puede inspirar nuevas perspectivas. Entramos en un territorio desconocido donde los desafíos emergentes exigen nuevas metodologías. En los procesos híbridos, el cuerpo necesita construir relaciones de tensión con el resto de elementos en juego. Estas interacciones e intercambios estimulan el proceso y pueden traducirse en nuevas formas de expresión para la creación coreográfica.
