Críticas de espectáculos

Bovary y La pierna izquierda de Tchaikovski – Festival Internacional de Teatro de Almada

Dos vertientes del trabajo teatral de Tiago Rodrigues

Tiago Rodrigues, director del Teatro Nacional D. Maria II de Lisboa, considerado actualmente como el mejor director de escena en Portugal y ahora muy de moda en Francia, estreno su espectáculo Bovary (Premio de la Crítica francesa para la mejor creación en 2016) en el Théâtre de la Bastille en Paris. En el Festival de Almada presento Bovary junto a La pierna izquierda de Tchaikovski en que fusiona el teatro y la danza. Dos vertientes de su trabajo diametralmente opuestas.

En Bovary Rodrigues se inspira en su dramaturgia en la novela de Flaubert y en el juicio del escritor acusado de ofensa a la moral tras la publicación de Madame Bovary.

Rodrigues recurre en su dramaturgia al procedimiento del teatro dentro del teatro, poniendo algunas escenas de Madame Bovary  del juicio que transcurre delante del público incluido en la representación como los asistentes al juicio y a que Flaubert y los dos abogados se dirigen en unas ocasiones.

La escenografía esta simplista, ilustrativa: las grandes y pequeñas lupas y lentillas colgadas en los cuadros de madera, imagen redundante de la frase «mirar con lupa la novela» que la abogada de la acusación repite en el escenario.

En el fondo: taburete, escalera, mesas, escritorio. El suelo está cubierto de hojas de papel que los actores lanzan abundantemente mientras el público entra en la sala, acción que además va a repetirse durante el espectáculo, como imagen subrayada del escudriñamiento hoja tras hoja de la novela.

A lo largo del espectáculo se subraya los efectos por si acaso algún espectador poco inteligente no habría comprendido.

Tres planos interfieren en la dramaturgia: el que Flaubert está leyendo su carta a su amigo contándole el juicio, el del transcurso del propio juicio protagonizado por Flaubert y los abogados en el cual se intercalan algunas escenas de la novela introducidas por las citas del texto leído por la abogada de la acusación que además indica cada vez el número de la página de la novela. Así estamos atravesando más de 400 páginas de Madame Bovary.

El espectáculo empieza también con un largo resumen de la novela.

Estamos a la vez en el teatro y en el cole. Si algún espectador no conoce Madame Bovary al final del espectáculo se encuentra iniciado hasta los pormenores de la novela.

Alma Palacios hace de Emma Bovary y Flaubert está interpretado por Jacques Bonnaffé, actor muy renombrado en Francia, quien con su particular elocución no facilita el entendimiento del texto sobre todo en el extranjero.

Los tres otros actores hacen de protagonistas tanto del juicio como de la novela.

Actúan frecuentemente de manera demostrativa, desmesurada.

No entiendo porque se representa a Charles Bovary como un hombre atrasado mental.

Los vestuarios con aspecto contemporáneo y las citas musicales cuadran mal con la opción dramatúrgica.

La oposición de la ley y de la censura a la literatura esta tratada de forma linear, realista, sin ninguna dimensión metafórica aunque la problemática de la censura y de la justicia que actúan en nombre del políticamente y moralmente correcto azotan hoy en nuestras sociedades democráticas tanto en el sector de los artes como en la vida cotidiana.

Totalmente en las antípodas de Bovary se encuentra La pierna izquierda de Tchaikovski donde Tiago Rodrigues despliegue su talento de dramaturgo, de director de escena y de coreógrafo creando una pieza llena de belleza y de poesía.

El espectáculo está concebido a partir del dialogo de Rodrigues con la bailarina estrella, Barbora Hruskova, sobre lo que significa para ella terminar su carrera de primera bailarina en 2014 con 42 años.

En el escenario, en el fondo los espejos, una barra de danza y a la izquierda el piano, una imagen a la vez concreta y poética de la vida de la bailarina de que vamos a atravesar la parte invisible de su vida.

La propia Barbora Hruskova revisita en el espectáculo, acompañada por el pianista Mario Lagiñia, la memoria invisible de su carrera : sus angustias, sus dudas, las marcas dejadas en su cuerpo por las caídas, las contusiones ocurridas en diversas obras que interpretaba.

La dramaturgia escénica es un sutil tejido de palabras, de música y de danza, una especie de irónico monologo bailado, constituido por coreografías que han marcado su carrera, con evocaciones de las heridas que sucedieron en ellas. Así por ejemplo la herida en su pierna izquierda cuando bailaba El lago de los cisnes de Tchaikovski.

Los diversos accidentes y títulos de piezas en que ocurrieron aparecen en un tablero negro en el fondo del escenario.

La música dialoga con el monólogo bailado y los movimientos que encarnan la gracia y la elegancia de Barbora Hruskova.

Con La pierna izquierda de Tchaikovski, asistimos a un espectáculo inédito, expresión de la esencia del arte en que fusionan la belleza y el dolor.

 

Irène Sadowska

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