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Calderón, Teatro do Porvir, Juan Navarro y Ensalle

Fin de semana intenso. El viernes, Xosé Paulo Rodríguez me invitó a ver, en el Teatro Rosalía de Castro da Coruña, ‘Constante’ de Guillermo Calderón (Chile) y Gabriel Calderón (Uruguay) sobre ‘El Príncipe Constante’ de Pedro Calderón de la Barca. Una especie de círculo de Calderones que, aquí, en la producción de la Comedia Nacional de la Intendencia de Montevideo, despliegan un círculo de escenas en torno a la tortura, en clave de comedia. Para ello, las vicisitudes e historia de una cama, en la que se torturaba al príncipe Constante en un espectáculo fallido, servirán para explorar, hasta rozar el delirio, los mecanismos de poder y el funcionamiento de la justicia. Mucho texto y mucha agilidad y maestría en su manejo por parte del elenco. La historia de ‘El Príncipe Constante’, así como algunos fragmentos de la obra del Siglo de Oro, se agitan en la coctelera de una muñeca rusa, matrioshka. En ese combinado el teatro entra dentro del teatro en busca de una justicia poética retorciendo el argumento, el enredo y denunciado, desde el humor, la impunidad de torturadores en algunos países latinoamericanos. Ya en ‘Villa + Discurso’, que pude ver en 2012 en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, Guillermo Calderón ponía la lupa sobre Villa Grimaldi, la casa en la que, en época de Pinochet, se practicaban torturas. Sin duda es un tema inquietante y muy de actualidad, la capacidad del ser humano para convertirse en un monstruo y masacrar a otras personas.

El sábado me pasé todo el día en el Forum Metropolitano de A Coruña, en un festival que coordino desde hace unos años, que va por su sexta edición: VI Festival Pezas dun Teatro do Porvir, Galiza + Portugal 2023. En realidad, se trata de un encuentro para creadoras/es que tienen algún proyecto o propuesta escénica que está naciendo o en proceso. Me gusta especialmente que exista algo así, dedicado no a espectáculos “acabados”, sino a sueños, a ilusiones, a potencias que buscan concretarse en actos. Lo organizamos bajo el paraguas de la Asociación de Escritoras/es en Lingua Galega (AELG), con el apoyo del Ayuntamiento de A Coruña, de la Diputación de A Coruña, de CEDRO y del Camões – Centro Cultural Portugués en Vigo.

Un comité de selección, formado por Célia Guido Mendes, directora del Camões – CCP en Vigo, Xosé Paulo Rodríguez, director del Teatro Rosalía de Castro de A Coruña, Miguel Franco, director del Teatro Diogo Bernardes de Ponte de Lima (Portugal) y yo mismo, como coordinador, seleccionamos cuatro propuestas de Galicia y tres propuestas de Portugal, que utilizan textos en gallego y en portugués, para que muestren 15 minutos y dediquemos otros 15 minutos a una charla sobre la propuesta. Se asignaron 500 euros para cada una de las propuestas portuguesas y 400 euros para cada una de las propuestas gallegas, y se ofreció la posibilidad de un premio consistente en el estreno del espectáculo resultante de las propuestas elegidas por el comité antes citado y también por los siete equipos de creadoras/es participantes en este encuentro.

Allí, sobre el escenario del Forum Metropolitano de A Coruña, entre las siete propuestas presentadas, me llamó especialmente la atención el desgarro, casi de Ofelia Heiner Mülleriana de la propuesta de Andrea Dunia, titulada ‘A voar’ (A volar). Un texto tan estético como visceral en el que una verdad volcánica aflora, con una presentación un poco caótica y torpe, pero que, igualmente, dejaba entrever la potencia de este proyecto que está naciendo.

Las creadoras y creadores que participaron, en sus votaciones, eligieron, por mayoría, en primer lugar, la propuesta portuguesa titulada ‘Neste momento’ (En este momento) de Alexandre Sá, de Vila do Conde, que nos cautivó por su humor irónico, haciéndonos reír de asuntos terribles y verdaderos, en una recopilación de informaciones actuales sobre la humanidad y el planeta, relativas a los porcentajes de pobreza y riqueza, de polución y sus efectos, de justicia, etc. En segundo lugar, escogieron la propuesta gallega titulada ‘Vida útil da porcelana’ de Samuel Merino y Silvia Penas, dos poetas y performers. En este caso, sobrecoge la capacidad para abordar la complejidad y lo incomunicable, alrededor de los trastornos alimentarios y la imagen personal, a través de una palabra cercana, que no se regodea en victimismos, dramas ni retóricas efectistas. Samuel y la videocreación de Jesús Andrés Tejada nos ofrecieron una propuesta en la que la acción teatral, la estética, no apaga la verdad, en un ejercicio en el que lo vulnerable, como la cerámica, es bello y delicado.

El jurado coincidió con la votación de las creadoras y creadores que participaron en el encuentro con sus propuestas y decidió conceder el II Premio Festival Pezas dun Teatro do Porvir 2023 a ‘Vida útil da porcelana’ (Galicia) de Samuel Merino y Silvia Penas, con el estreno en Portugal, en el Teatro Diogo Bernardes de Ponte de Lima, y a ‘Neste momento’ (Portugal), de Alexandre Sá, con el estreno en Galicia, en el Forum Metropolitano da Coruña.

El domingo me fui al Teatro Ensalle de Vigo, donde Raquel Hernández, Artús Rey y Pedro Fresneda se integraban, en uno de los “Canchales” que organizan, el noveno, con Juan Navarro. Una experiencia en la que el proceso, la potencia del proceso, está muy presente, sin la cerrazón de la obra acabada, del espectáculo vendible. Pero aquí, el proceso ya resulta espectacular, aunque no se trate de un espectáculo o una obra al uso. La textura de la improvisación se mantiene latente y vibrante. De hecho, hasta me atrevería a decir que la vibración y el juego libre de la improvisación se utilizan, aunque sea dentro de una estructura y unos leit motiv que arrancan con la preposición “Sobre”. Sobre la luz. Sobre pensar. Sobre mirar. Sobre encuadrar. Desde pre posiciones más que sobre posiciones, más conceptuales o más concretas, más prosaicas o más poéticas, más salvajes o más reposadas, pero siempre con un grado de exposición y generosidad impresionantes. Sobre todo, por parte de Raquel Hernández y Artús Rey, que son unas fieras, que nos asombran y que nos resultan, por lo menos a mí, y creo que también a Juan Navarro, adorables.

Toda esa explosión de hora y media que he vivido en el Teatro Ensalle este domingo 19 de noviembre, dentro del Festival Catro Pezas, en este IX Canchal con Juan Navarro, se articula o parece articularse desde una dramaturgia procesual colaborativa en la que Juan Navarro, con Pedro Fresneda al lado, van urdiendo e interaccionando con Raquel y Artús, y también con el público, incluidos todos en el espacio escénico y también, de manera más o menos directa, en algunas de las propuestas performativas. Así la vibración desorbitante del sonido también fue vibración directa de las voces y de los cuerpos en contacto. A AveLina Pérez y a mí, por ejemplo, Artús nos colocó sus manos sobre nuestros hombros y nos hizo sentir directamente ese temblor vibratorio. Las mangueras con los chucos, lanzadas por Raquel desde la grada, colisionando con las sillas volcadas en el escenario, los pies de micrófono y otros elementos, fueron como una tormenta en la que, pese al ímpetu y al estruendo, no nos llegaba como violencia, sino como efusión para despertarnos. Todo el caos, las voces inarticuladas a veces, la furia, la energía rock, etc., no apuntaban un apocalipsis, sino todo lo contrario. Creo que este IX Canchal con Juan Navarro nos ha traído al Teatro Ensalle una tormenta vivificadora, una llamada, un toque de atención: tenemos que despertar de la anestesia. Si lo hacemos, al final encontraremos una hoguera y compañía. No estamos solas. No estamos solos.

P.S. – Artículo relacionado:
“Para qué sirve la tragedia, Juan Navarro”, publicado el 26 de junio de 2023.

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