Reportajes y crónicas

Festival Grec 2015/ Crónica

Festival Grec – Ruta Limón

Mi ciudad se viste cada verano de Festival Grec. Es imposible, creo, ver todos los espectáculos programados. Así, como la crónica no será la de todas las obras, decidí una ruta a la que he denominado Ruta Limón, por aquello que es un fruto especialmente gratificante para el verano, como gratificante ha sido mi camino entre salas, obras y compañías varias que me han hecho vivir un julio especial en las montañas rusas de las emociones, las sorpresas y las decepciones, que éstas han sido escasas.

Esta ha sido mi ruta por orden cronólógico: Inaguración con Obeses y la Banda Municipal de Barcelona, La Veronal, Helverova Noc, Premis i Càstigs, Bea Fernández, Fuga, Hakanaï, Sabine Dahrendorf, Thomas Hauert/Group La Bolsa, Peeping Tom, Amor & Shakespeare, Noname Sosu/Sungsoo Ahn Pick-up Group/Company SIGA, Federico García, El carrer Franklin, Sócrates, Jordi Savall, /Hespèrium XXI, Mal Pelo, The Civil Wars, La tortuga de Califòrnia, Neus Català, Il nest pas encore minuit… ¡¿Me acompañáis?!

INAGURACIÓN: OBESES Y LA BANDA MUNICIPAL DE BARCELONA.

Música. Plaza de Margarida Xirgu, 30 de junio

Con tan sólo ocho minutos de retraso (sentía curiosidad ante la puntualidad o no de esa apretura de telón del festiva) sale la Banda Municipal de Barcelona para afinar sus instrumentos en un imponente escenario, quizá innecesario, en la céntrica plaza de la ciudad del teatro, ¿habéis estado?, epicentro geográfico del Mercat de les Flors, Teatre Lliure y Institut del Teatre. Inagura el festival su director Ramon Simó, quien da paso a la recién estrenada alcadesa Ada Colau, quien recuerda que la cultura es un derecho y un bien común, a ver si desde su cargo lo puede también ella demostrar y apoyar, seguimos desde nuestro sector ilusionados en que por fin algún político lo entienda y ejecute con realidades…ese es otro tema. Sigamos. Lo que sí ilusiona es ver que más de la mitad del público que hay está, más que por la programación (apenas había cuerpos bailando), por la ritualización de asistir a la inaguración del festival de verano de la ciudad. Y esto me gusta. Pero la media de edad era de sesenta años, y faltaron sillas, y faltó público, teniendo en cuenta que la entrada era de acceso libre, me esperaba una mayor asistencia. Recordando la entrevista con Simó acerca de su búsqueda de nuevos públicos, espero que no por ello descuiden al que ya tienen, lo digo por lo del público sin asiento, estábamos en el suelo.

Obeses puso el listón muy alto en el ritmo de la fiesta de esta inaguración, se nos pusieron en el bolsillo, a pesar que los temas escogidos por la Banda no me resultaron del todo acertados para este acto, que podría haber brillado más y poder llevarse el aplauso que esta formación merece. Arnau Tordera sabía subir en lo más alto del frenesí musical con olor a verano, y os he de contar y describir que los aplausos de su numeroso grupo de jóvenes fans fue generoso y entregado, hasta tal punto que supieron embriagarnos a todos. Tordera manejaba el público con frescor y alegría, sin más, y cabe destacar su interpretación, en el centro de todo ese ritmo, de «Rosor», canción popular que versionó peculiarmente y con mucho color a lo Tordera, término que desde ahora llamaremos a la versión atrevida y rompedora de cualquier tema clásico. ¡Qué buen comienzo!

VORÒNIA, La Veronal -ESTRENO-

Dirección: Marcos Morau

Danza. Teatre Grec, 2 de julio

En la oscuridad que nos quiere representar la obra, aparece un niño refugiado, intensidad de la imagen, después, el clamor hacia la misa inunda las imágenes que van discurriendo hacia la desesperación. Los bailarines muestran una exquisita técnica desde un gran trabajo coreográfico, si bien hecha de menos la opción que los intérpretes se escuchen más entre ellos para ir conjuntados no sólo técnicamente sino en su lenguaje de expresión. Unidad que seguro que irán atrapando si vemos la obra dentro de unas cuantas actuaciones. Podrían también ir perfilándose todavía más los acentos en aquello que realmente se quiere contar. Me hace falta un trabajo más exhaustivo por parte del maestro repetido, si bien estoy convencida que estoy mencionando un anécdota. Son muchos los impulsos que se contrastar en tu interior, como público, en este mundo de la Veronal. Hay momentos en el que la coreografía impacta, golpea, y te sientes en un encarcelamiento emotivo, sin ningún efecto liberador. Pura cinematografía. Se pasean por escena los fantasmas del pasado, del mundo y los propios (aquí el público restaba atento y muy callado en la inmensidad del espacio del Grec). Fantasmas resueltos, no-resueltos y tal ves inexistentes.

Albert Faura firma el diseño de luces y me pareció excelente, diez sobre diez, marcó carácter y a su vez belleza. En la coreografía, planteamiento y todo en general, hubo coherencia desde la no-coherencia, ¡fantástico!. La compañía marcó con sello propio el no-terreno de espacio aéreo coreográfico. Es un espectáculo cuidado y sugerente.

HELVEROVA NOC (La noche de Helver), de Inmarg Villqist

Dirección: Dino Mustafic

Teatro. Teatre Romea, 3 de julio

Esta compañía de Sarajevo nos trajo esta obra en bosnio (subtitulada en la sala) y para empezar explicaros que adentrarse en su mundo fue fácil, la frontera no estuvo en el idioma sino en la crueldad de la historia y la dureza de la compañía Karmeni Teatar 55 para afrontar su trabajo en la asediada Sarajevo, donde mantuvieron su labor de resistencia cultural entre 1992 y 1995 a pesar de la guerra.

La obra habla de una ciudad donde se vive una guerra civil, podría ser en cualquier parte del mundo. El autor nos presenta a un personaje con discapacidad psíquica, y a lo largo de la obra te impregnas de la discapacidad del mal. Y la mujer la veo como la sociedad aplacada y devota que de manera obligada ha de escuchar y sufrir. Todavía ahora escribiendo estas líneas, aparece un nudo en mi garganta recordando tanto dolor bien descrito, bien interpretado y bien tratado. La estética rozaba el esperpento, pero qué mayor esperpento que el de la realidad de las guerras. El público quedó divido entre quienes huyeron de caer en el sentimentalismo y refugiaron su emoción limpiando la lupa con la que observar ese teatro, y quienes se entregaron a esa emoción atravesando las estéticas más o menos cercanas o lejanas, y habiendo atravesado la primera capa, entraron en ese mundo de crueldad, dolor, violencia y realismo descriptivo de la desesperación. Toda una lección de contenidos, de esfuerzos y de aplausos a la compañía por su teatro en medio de la batalla, y eso no es teatro, es realidad.

PREMIS I CÀSTIGS (Premios y castigos), T de Teatre -ESTRENO-

Dirección: Ziro Zorzoli

Teatro. Teatre Lliure, 4 de julio

Ágata Roca siempre me ha gustado, no sólo en su registro teatral sino en su versatilidad demostrada en sus personajes cinematográficos; y quien todavía no conozca a las T de Teatre es que no sabe nada de teatro, como mínimo del teatro cómico. Ellas son Ágata, Mamen Duch, Marta Pérez y Carme Pla. Esta compañía siempre se ha entregado en sus montajes, así como individualmente cada una de sus actrices. Aquí se acompañan de Ivan Benet, Jordi Rico y también los destacados siempre Albert Ribalta, un clown innato, y el camaleónico Marc Rodríguez. En esta obra cuentan con la dirección de Ziro Zorzoli. Donde narran el teatro dentro del teatro. Recientemente pudimos ver en Barcelona al fantástico Lluis Homar en «L’Art de la Comèdia» en el TNC ((www.artezblai.com/artezblai/lart-de-la-comediaeduardo-de-filippo.html)), aquí vemos otra dimensión del mismo tema hablando desde la opción también cómica pero por otros caminos, hablaría yo de sin el elemento filosófico sino más de la vivencia del actor. Interesante ver conceptualmente los distintos colores ante una misma temática.

En el inicio el ritmo me resultó un tanto lento, pero apenas había pasado un cuarto de hora, ya se fue despertando, haber comenzado por ahí sería una posibilidad. En el programa figura un diseño de luces que no supe ver, Lucena podría haber arriesgado más. No entendí el porqué plantear los personajes vestidos de época y no enmarcados en la actualidad. El planteamiento de la obra me gustó pero la dramaturgia dejó algunas vacíos de ritmo que de forma hábil y profesional cada actor resolvió como individuo y como compañía. Quedó divertida, entretenida y dió un buen resultado, pero se podría afinar mucho más, ya que no hablamos de un equipo nobel. Me inspira que a Zorzoli le vino grande la capacidad de la compañía, que le superó en recursos escénicos e imaginación, y él se quedó casi en un camino sin salida. El público disfrutó y aseguro que, en unas semanas, técnicamente se podrá disfrutar mucho más. Cada personaje está muy bien definido (el maestro de pista, la sexy, la que marca carácter, la inteligente, el mixto que sirve de apoyo…) y encaja en todo el montaje. Risas y sonrisas están aseguradas, siempre que no se fuerce a ello, y esta vez resultó que sí se notó que era un estreno. Habrá pequeños ajustes y el éxito, como siempre en esta compañía, brillará con fuerza. ¿Lo mejor?: el crescendo que va haciendo la obra y el texto final del personaje de Beatriu. ¡Ya me contaréis!

ESTE LUGAR ENTRE: PRETHINK AND FREE ACTION, Bea Fernández -ESTRENO-

Dirección: Bea Fernández

Danza. Antic Teatre, 5 de julio

Bea, siempre consecuente en su línea de investigación, sigue explorando terrenos no aptos para un público que busque argumentos, porque simplemente encuentras caminos y excursionistas de un paisaje sin etiquetas. Sin huir de un mínimo rigor técnico, huye de éste para construir una justa balanza hacia la libertad de formas y de cualidades de cada bailarín, en este caso Bea cuenta con Clara Tena y Ohiana Altube, dos artistas muy distintas y de perfiles casi-drásticamente diferentes.

Espectáculo formado por tres solos, el primero podría haber sido más explosivo y desvergonzado, pero cabe reconocer que la intérprete aguanta honesta en sus propio mundo, que teatralmente podría aún haber marcado más. En el segundo solo, me pregunté: ¿es prisiones de si misma?, ¿qué peso debemos aguantar para ser uno mismo en este mundo?; bailarina de manos muy elegantes y precisa en sus movimientos, dió mucha luz; sus transiciones son muy buenas en la utilización del espacio. En el solo tercero las dos realidades, las dos bailarinas, se encuentran, la de la libertad y la de de la prisión, que ahora es liberada, y se ignoran entre ellas, hasta que se acaban encontrando y coincidiendo en el mar de las personalidades verdaderas (justo en ese momento oímos de fondo las olas del mar, aprovecho el paréntesis para aplaudir la construcción musical de Carmelo Salazar).

Existe dramaturgia, vestuario intencionado, luces, hilo argumental, hilo musical, todo enmarcado en la coherencia de la verdad que nos transmite Bea Fernández: hablamos de una obra de danza. Las bailarinas aprenden a encontrarse, compartir, adaptarse….y silencio después de la tempestad, y es que quizás las adaptaciones a tu partner tienen el precio de la pérdida de la personalidad.

Bea es una artista que tengo la curiosidad y ganas de verla con un gran elenco de bailarines todavía más técnicos y con más recorrido profesional, hablo de diez o quince bailarines, una gran producción; me gustaría hacer esta prueba y que ella inaugure el próximo Grec por ejemplo.

FUGA, Res de Res -ESTRENO-

Dirección: Biel Jordà

Circo-Danza-Teatro. Mercat de les Flors, 9 de julio

Fuga habla del vértigo de la libertad. Si en su anterior espectáculo (remor) hablaron de la cárcel -sea del tipo que sea- aquí me transmiten libertad. El peso lo vi en el avance del camino, en ese abrir y cerrar puertas, que son posibilidades y oportunidades. Cuando se te presenta una obra interdisciplinaria como esta, sobre el papel lo inmediato es pensar en aquello de habrá de todo pero no habrá de nada. Y aquí no ocurre esto, porque la mezcla de disciplinas no viene en su mezcolanza como tal sino en su interacción, en su enriquecimiento. Laia Oliveras me cautivó y sorprendió por su registro tan maduro, entregado, elegante y a la vez duro, Aina Pasqual me sigue fascinando por su danza, Marta Barceló y Pere Mas nos brindan energía desmesurada. Y cada uno con su lenguaje, hubo precisión y sobretodo elegancia en los cuerpos de las tres intérpretes (ni cabe mencionar el mini-inicidente técnico, eso cabe en un estreno dentro de una festival, ¡¿no?!). Fuga habla de la auto-invalidez en la que nos paramos de manera subjetiva. La música es fantástica, original de Miquel Alzanillas, supo atrapar también el oído al espectador, música a veces intensa, a veces sutil, a veces tenue, pero siempre atenta y presente. Os voy hablando de cada tema a raudales, con la aparente imprecisión pero con la misma con la que disfrutaba el espectáculo. En algún momento la intensidad era mayor que la que la propia coreografía expresaba, no hubiera sido gratuito mostrar una intensidad coreográfica que pudiera llegar a ser violencia, la historia lo necesitaba, si bien igualmente me emocionó (recuerdo en concreto un momento de texto y música densos en el que participan Laia y Pere, adrenalina al máximo). Hubo magia y mucha verdad en la danza vertical, donde el tiempo se para y los instantes devienen grandes realidades detalladas.

Aplaudo también a Pep Pérez por su iluminación también intensa y sin disimulos. Pero todavía Biel Jordà podría abusar de más intensidades. Jordà sabe jugar con las diagonales, las rectas, los espacios altos, líneas, lentitudes y aire, como nadie.

HAKANAÏ, Compagnie Adrien M/Claire B

Dirección: Adrien Mondot y Bardainne

Danza- Artes Digitales. Teatre Lliure, 10 de julio

Es esta otra de las compañías que de manera impecable lleva su representación Anna Sala, un trabajo entre bambalinas que también se debe aplaudir. No todo el mundo que hace su labor de mannagement sabe ser profesional, y Sala es una gran profesional.

Cuando empieza el espectáculo no sabes qué encontrarás en ese ambiente tan en blanco, pero el dinamismo aparece de repente y llegar a gustar simpáticamente a una parte del público; otra aparece inmóvil e incrédula; otra parece impregnarse del mensaje de la coreografía. Yo tuve esas tres reacciones internamente, es así. Pasados los días, entiendo que mi hemisferio izquierdo no aplaudía lo que iba pasando, incluso me sentía muy decepcionada ante la expectativa de la obra; pero mi hemisferio derecho sucumbió a la emoción y me removió; ¿cómo es posible que pueda llegar a haber tanta desconexión entre las dos partes de nuestra materia gris ante ciertas obras?

Hubieron conexiones que me atrevo a recomendar a un público familiar a partir de cinco años, si bien lo digo con la boca pequeña porque hay algún momento lumínicamente violento, que viví como agresión ante la aparente poesía que se nos proponía. Es un espectáculo que respira y late por si mismo, pero me falta contenido. A su vez es hipnótico. Nos propone imaginaciones necesarias en una cárcel del día a día, donde recuerdos y deseos se confunden. Eso sí, cabe definir la obra como gesto, movimiento en danza, fotografía en movimiento… pero no danza

EPÍLEG D’UN INICI (EL SECRET DE LES MEDUSES),

Sabine Dahrendorf/Josep Sanou -ESTRENO-

Dirección: Sabine Dahrendorf y Josep Sanou

Danza. Museu d’Arqueologia, 10 de julio

Todavía no había entrado al Museu como concepto de espacio escénico, y me pareció un muy buen espacio a tener en cuenta, sin resultar ser intrusos de las salas teatrales (no sé cómo hacerlo, este es otro tema para debatir), pero quiero explicar por mi parte que este espacio me gusta y lo encuentro adecuado para cualquier formato de espectáculo y concierto.

Sabine y Josep nos proponen un inicio en el vestíbulo, que arranca y despierta la curiosidad de todos, ya después nos llevan al espacio donde transcurre todo. Desde el primer momento percibes a todos los intérpretes entregados, ellos son Hervé Costa, Sara Sanguino, Elia Genís y Carolina García, esta última especialmente mágica, sensual y enérgica en toda la obra desde su técnica hasta el último centímetro de su pelo, todo ella es danza. El momento del agua es fantástico, genial. Hay frases que calan en medio de toda la danza «Qué queda por hacer y qué no queda por hacer», palabras en medio de una coreográfica magníficamente construida entre sueños y golpes a la tierra, Rubén Ametllé sabe estar como actor entre la danza, no todo el mundo saber encontrar su puesto en un papel así (muchas veces se les nota incómodos, más que cuando la situación es al revés, a un bailarín entre actores se le nota no-tan-incómodo), Rubén supo ejercer de maestro de pista entre sus compañeros bailarines, incluso se atrevió con alguna que otra frase coreográfica sin complejos y cumpliendo con excelencia su papel, remarcar su dúo fantástico con Carolina. También con excelencia cumplió su papel aportando estilo y sensibilidad el diseño de iluminación de Albert García junto a Dahrendorf. Y la firma de vestuario de Helena Selfa fue acertada. No menos elogios merece la intensidad musical del compositor Josep Sanou, con un gran universo que supo compartir construyendo esta obra.

Se nos regaló deliciosos momentos y apuntes de danza contemporánea en mayúsculas, me pregunto por qué cuesta tanto hoy ver una «clásica» (en tanto que pura) danza contemporánea, ??. Sabine nos dió una buena cata completa, y recuerdo su etapa en Danat Dansa, desde entonces mantiene fiel y trabajadora con este género que es la danza.

Me falta un final más señalado a nivel dramatúrgico, pero el espectáculo me compensa. Sabiene sabe exprimir la personalidad de cada intérprete, si bien Hervé Costa creo que puede arriesgarse más para definirse un poco más a si mismo, lleva muy buen camino. Esta obra le espera mucho recorrido y seguirán creciendo en ella y con ella, qué placer!

LA MESURA DEL DESORDRE, Thomas Hauert y Group La Bolsa -ESTRENO-

Dirección: Thomas Hauert/Group La Bolsa

Danza. Teatre Lliure, 14 de julio

Interesante si nos encontráramos en el Grec’80 o ’90, pero no es el caso. Además me faltó emotividad, buen gusto y sustancia. Fue un laboratorio de danza para la muestra de su taller, pero no para un espectáculo llamado profesional. Laboratorio de danza para la muestra final de terapia si los bailarines tuvieran perfiles con una patología concreta, pero creo no es el caso. Laboratorio de danza para el taller final si se trata de un proyecto social. Si hablamos de un espectáculo profesional al que etiquetan con el género de danza (como pone en el programa), pido, como mínimo sobre el escenario, bailarines profesionales, creadores además, pero bailarines. Si la obra la etiqueta de teatro, pido actores. Si la obra la etiquetan de arte abstracto (danza abstracta explica también el programa), pido artistas. Pero no vi ni artistas ni bailarines. Eso sí, cabe decirlo y aplaudir, su entrega hacia la obra se nota y su energía, me sabe mal tanta energía desperdiciada. Recuerdo la etapa del esplendor de danza contemporánea en los 80, donde no todo válido, y eso que había muy de todo (pienso en nombres concretos), y este espectáculo me suena al cajón de desastre del mencionado «había muy de todo», es decir, también coas muy malas que murieron al primer intento. A pesar de todo, puedo analizar que la coreografía es en algún momento puntual interesante, pero muy puntual. Pero que no se crean que es rompedora, cosa que por otro lado no es imprescindible. Y lo peor, que no emociona ni con alegría ni tristeza ni apenas aburrimiento, es una obra transparente, incluso llega a enfadar. Al coreografía, pudiendo reconocer que sí existe, es gris. Y al menos podría volver a mirarla si la interpretaran bailarines profesionales, no me niego a ello. Pero como obra para el Grec no creo que cumpla los mínimos requisitos de calidad, gustos a parte, y menos cuando el director del festival nos menciona que van a la búsqueda de nuevos públicos (??).

Puedo llegar a decir que la coreografía me llama la atención, y le doy más oportunidades, pero con unos bailarines que me compensen con presencia o virtuosismo o emoción o presencia, y aquí no es el caso. O encajar este tipo de experimentos en otro apartado específico del festival (llámese off, experimental, terapéutico, social…). Me resonó como una versión mala, muy mala, de Maurice Bejart. ¿La idea del vestuario quién la aprobó?, help (¿Quién puede explicar por favor a los bailarines que no se puede salir al escenario con sujetador?) El frenesí del insulto como público (los asientos de platea se percataron de ello) llegó con la canción italiana con el peor de los desengaños. El último insulto (fui de las que se quedó hasta el final) llegó con la pieza de swing-jazz, que fue nefasta en su concepción, en su no-coreografía y en su fatal interpretación (se me ocurren tres nombres concretos de coreógrafos profesionales que les podrían haber ayudado). Supongo, con todo esta no-profesionalidad, la gran cantidad de horas de ensaño que tuvieron, y esto es lo único que puedo reconocer y aplaudir.

A LOUER, Peeping Tom

Dirección: Gabriela Carrizo y Franck Chartier

Danza-Teatro. Mercat de les Flors, 15 de julio

Lo primero que me llama la atención es la espectacular escenografía, que he de decir a modo de anécdota que me recuerda el ambiente del juego de mesa Cluedo. La luz de Ralf Nonn me pareció locuaz en todo el espectáculo. Me atrapa cuando en una obra se combina la cultura del humor versus drama. Hubo momentos en que pensé que se basaron en algún cuento de Kafka, parecían emerger las esencias de personalidades ocultas, en cada personaje, que nunca se pueden expresar ni mostrar a su entorno. Magnífica combinación entre el perfil de cada personaje con su actitud y aptitud como bailarín, actor o cantante. A pesar de la grandiosidad, algún momento me pareció lento aparentando marcar una pausa. Una parte del público salió decepcionada , comentando las anteriores obras de la compañía. Teatralmente sí que pienso que podrían haber sido más arriesgados a nivel coreográfico. Creo que no te puedes preguntar nada acerca del argumento, simplemente has de sentarte y disfrutar, sobretodo también la música (que en el programa nadie la firma, sólo consta un diseño de sonido). El desfile de los personajes ya es propiamente un espectáculo. Me quedo con el concepto kafkiano de la historia que nos cuentan: en la pena, o desgracia, o en la simple continuidad, todos nos modificamos o nos modifican, tal vez.

AMOR & SHAKESPEARE, de William Shakespeare y Guillem-Jordi Graells -ESTRENO-

Dirección: Josep M. Mestres

Teatro. Teatre Grec, 16 de julio.

Lo primero que resalta es la fantástica disposición y discurso en el espacio, y es cuando me percato que el movimiento es de Montse Colomé, ¡y se nota! La obra transcurre agradable y simpática, no defrauda, ves lo que te esperas con tal reparto y dirección. Sorprende y aplaudo la ductilidad que con los años muestra Álex Casanovas. Brillante Rosa Renom, es el personaje que mantiene la chispa en toda la obra. Joel Joan estuvo excesivo, queriendo ser payaso, pero sin nariz ni carcajada, no sé qué parte le corresponde a él o a indicaciones desde dirección. Jordi Boixaderes permanece discreto y cumpliendo con su papel, que especialmente esta vez me llega con naturalidad y sereno, no necesita demostrar nada y esto es lo que le hace grande, en lenguaje coloquial os diría que fue un crack, el mejor, no necesita «chupar plano» a diferencia de algún compañero suyo. Pep Duran y Kiko Planas firman el espacio escénico y la iluminación respectivamente, que son acertados, útiles y eficaces. Hubieron incidencias con el sonido, que a pesar de ser el estreno, a mí me cuesta perdonar. Toni Santos firma la caracterización, experta y profesional siempre, y en cambio aquí no le veo coherencia, no parece una peluquería para una misma obra. Maria Araujo es la responsable de vestuario, que hizo una buena evolución para narrar la historia.

Sospecho que llegaron al estreno justo de ensayos, o que la compañía y el montaje apuntaban muchas expectativas y esta presión se notó en el estreno, cosa que no me liga con la experiencia del elenco de actores y actrices. El resultado del estreno no fue de matrícula, hay alguna escena que le falta fluir, como si quedara encallada o con mini-espacios en blanco. Y ¿qué pasó con aquello de la vocalización?, hay quién tendría que recuperar alguna clase de técnica base.

La presencia musical, dirección a cargo de Jordi Domenech, mantuvo la constante de viveza como soporte de la obra, y todavía se podría haber abusado un poquito más de ella, hubiera ayudado. Faltó ritmo teatral. Mestres firmó la dirección de toda la obra, con algunos resbalones importantes, o es que algunos actores han esquivado sus indicaciones, o es que hace referencia constante a las palabras de Boixaderes en su personaje » El hombre es un ser inconstante».

NOT I /BODY CONCERTO /REST,

Danza. Mercat de les Flors, 17 de julio.

NOT I, Noname Sosu

Coreografía: Choi Young-hyun

Exquisita sensibilidad. El hombre-títere que nos ofrece Choi está lleno de pura gestualidad frágil, que no débil, delicada y concisa. Nos habla de dependencias necesarias para poder seguir deseando huir. No presume de nada como bailarín, entrega su danza-mimo a la historia que nos quiere contar, y que nos sabe contar con naturalidad. No pretende agradar, y tampoco huye de su perfil marcadamente coreográfico; es íntimo y claro. Y con la máxima de «lo bueno si breve, dos veces bueno», esta vez resultó demasiado breve y nos quedamos con ganas de más, tanta calidad siempre te sigue inspirando.

BODY CONCERT, Sungsoo Ahn y Pick-up Group

Coreografía: Ahn Sungsoo

Resultó desconcertante y desconectado (quizá también debido a la anterior coreografía, que dejó el listón alto). Hubo un amalgama de estilos que, en vez de enriquecer, dejó aguada la pieza. Faltó un buen trabajo de ensayo, había demasiadas desigualdades no pretendidas. Acepto la obra como divertimento donde no entiendo para nada que linea o no linea quiere seguir o no seguir la coreografía de Sungsoo, pero…. contagia ganas de bailar y contagia frescor, a pesar de acercarse al género de la danza estúpida. No sabes si te encuentras en una sala de discoteca repleta de quinceañeros. Avanza la pieza, y sigo sin entender nada. Es rara. Tiene una duración de veinte minutos, pero lo mismo que podría haber durado cinco o cincuenta..

REST, Company Siga

Coreografía: Lee Jae-young

Divertido. Dos bailarines, el mismo Lee junto a Shin Jeao nos ofrecen una positiva pelea de danza entre ambos. Muy buen humor, trabajo y solidez escénica. Muy buena noción del ritmo de la obra. Sin pretensiones, de forma regular y continua nos ofrecieron una muy buena energía corporal. Miradas, pausas y sonrisas, y un buen ejercicio físico que supo conectar con el público.

En las tres piezas cortas cabe mencionar, también esta vez, el buen diseño de iluminación que firma (al menos en la segunda y en la tercera) Ahn Yunmi.

FEDERICO GARCÍA, Pep Tosar -ESTRENO-

Dirección: Pep Tosar

Teatro. Sala Hiroshima, 18 de julio

La presentación, el inicio escénico, me recuerda al anterior trabajo que vi de Tosar sobre la biografía de Guillem d’Efak, no me importa. Todos los libros tienes tapa e índice, y todos son diferentes. Me lo tomo como sello de Tosar, como si él mismo me dijera: «bienvenida a otro espectáculo mío», y me gusta. Pero me presento con un peligro, la obra acerca de Guillem d’Efak dejó una huella importante, por lo tanto el listón está alto. Veamos. Y me entrego al nuevo espectáculo, este, de Federico García Lorca. Y cuando os hablo de una misma presentación es porque también aquí hay un audiovisual biográfico, un Pep Tosar narrando, música en vivo…, pero leed qué pasó. Pasó que este espectáculo superaba las expectativas. Tosar se mostró todavía más dueño de sí mismo y abrió todas sus puertas de la cercanía emocional. Todos los elementos están cuidados, elaborados, pausados y medidos con rigor, mesura y pasión. Empiezo por los técnicos: el vestuario elegido por Evelyn Arévalo y Leonor Caro era adecuado, si bien hubiera realzado o haber destacado más a Alba Carmona. El diseño de luces de Pep Tosar fue sensible y acertado. Pido y exijo, para estar a la altura del espectáculo, más calidad en la elección de imágenes del audiovisual -vídeo que rubrica Agustí Torres-, en tanto que cumple las funciones de escenografía, de la fotografía de la escena (en términos cinematográficos), las imágenes de telón de fondo eran repetitivas (hubo unas vías de tren que se repetían de manera incesante, casi de manera insultante), quiero creer que hubo prisas para la grabación de exteriores, o que el tipo de película-formato elegido no era el adecuado. La elección de textos y la dramaturgia, de Pep Tosar y Evelyn Arévalo, fue excelente.

Seguir diciendo, me atrevo, que esta fue una de las perlas del Grec de este año. El bailaor Jesús Carmona sabe muy bien cuáles son sus posibilidades y las maximiza con elegancia y pulcritud; y sabiendo estar; ; y sabiendo en qué espectáculo se encuentra; y siendo parte de él, aunque no sabiendo que una parte muy grande, esta es su grandeza. Me gusta, especialmente, la imaginación en sus brazos. Y su sencillez de taconeo: joven, ágil y denso, y sin inventos presumidos. Hizo asombrosos equilibrios en relevé que no había visto antes en un bailaor, para precisar todo aquello que contaba de manera sincera. Hizo perfectos endehors sin engaños, mostrando una gran técnica pero sin alardear de ello. Podéis recrearos, por ejemplo, en el momento coreográfico en el que después de explicarnos que la palabra «duende» aparece por primera vez en un ensayo literario de García Lorca (¡buscadlo!), Jesús nos regala unos instantes, que nacen del estudio y explosión de la quinta posición de pies y entre castañuelas y etcéteras, luce todo su arte (creo que ahí el realizador de imagen podría haber escogido otro fondo del audiovisual).

Con la guitarra está Jesús Guerrero, que también hace las funciones de percusionista, que está atento y acompaña sin complejos a toda la compañía, ahora silencio, ahora explosivo, sabe dar a cada luz de la historia su sonido.

Alba Carmona y su cante, profundo y sincero, pero también con su danza: auténtica, de raíz, austera, sin manchas. Su voz y su cuerpo son auténticos, de raza, terrenales y atentos.

Pep Tosar se entrega a la obra, y aún siendo su director, se entrega con humildad como actor, y no con ello es tímido para dirigir la historia, se le intuye claro en su proyecto y ejecución. Afinando en cada una de sus intervenciones, y no hablo sólo de afinar musicalmente sino, me atrevo a decir, humanamente, con todo su ser para narrar la biografía que desea, con desnudez y arraigo histórico.

Ana M.Dalí dice de Lorca: «Unos ojos sin expresión porque miraba hacia adentro»

Es culminante el momento del caballo, fijaros incluso en la cara del músico que vive ese momento embelesado mirando como baila su compañero. Y, ay, el bolero, ay. Al final, qué bolero. Dejen a su corazón latir, vivan, escuchen y sientan ese último bolero, y cómo la compañía te lo hace sentir. Pura emoción y verdad.

Hay honestidad artística. Poderío por destacar a través del saber estar. Exactitud de gestos para la maximización de la expresividad profunda. El mejor de los regalos. No quiero que esta obra, como algunos programadores ya deben estar adjudicando, sólo para las programaciones escolares de la ESO, que también. Quiero esta obra de gira por todo el territorio ibérico e internacional. Y que se visualicen circuitos inteligentemente emocionales y artísticamente excelentes como esta obra.

EL CARRER FRANKLIN, de Lluïsa Cunillé -ESTRENO-

Dirección: Josep Maria Miró

Teatro. Teatre Nacional de Catalunya, 19 de julio

«He arribat massa aviat o massa tard» (He llegado demasiado pronto o demasiado tarde), dice Xavier Albertí en voz de su personaje. Disfruto viendo la ambigüedad de roles con los que sabe jugar magníficamente en toda su carrera escénica y cultural Albertí. Él mismo y el gran Oriol Genís conducen como actores el ritmo de toda la obra. Una obra en la que nada es lo que parece, y el esperpento del todo es la no-mentira sino la realidad de la verdad actual que envuelve a los personajes, ese es el mayor de los esperpentos. Una verdad que envuelve a los personajes y a nosotros (en cualquier medida) cuando salimos de la sala teatral. Ese es el mayor esperpento que nos narra Cunillé. Y lo narra de manera eficaz, divertida y rotunda en su mensaje. Miró opta con su dirección a elaborar un montaje exagerado, en la misma tesitura que la hipérbole de la situación real, en la que vivimos actualmente.

Y qué esperar de una obra del TNC a nivel técnico; luces, vestuario, maquillaje, luz, etcéteras todos adecuados y bien dibujados, sin defraudar. Una obra que tiene mucho que debatir, si se da la palabra al público después de cada función. Un buen ejemplo de teatro-forum para ofrecer.

SÓCRATES. JUICIO Y MUERTE DE UN CIUDADANO, de Mario Gas

Dirección: Mario Gas

Teatro. Teatre Romea, 21 de julio

He de confesar que que hacía muchos años que no estaba en el último piso de un teatro, y lo que nunca me hubiera planteado hoy en día es que pudiera hacer taaaaaanto calor, no lo entiendo cuando hablamos de una sala como el Teatre Romea. Vergonzoso. Queda dicho. Felicidades a todo el público fiel que, o bien por estar el aforo completo o bien por economía, acuden a la obra en el gallinero, donde resultó divertido descubrir el abanico de estéticas que puedes encontrar junto a la gran cantidad de abanicos para disfrazar el calor. Esa fue toda una otra obra de teatro. Empieza también la obra sobre el escenario.

Planteamiento escénico que me resulta afectado, casi-pretencioso; y de entrada me hace ver menos verdad en la obra de la que después voy descubriendo. Me sobrecoge un detalle: el calzado de los actores no lo encuentro nada acertado. Escuchamos: «Sólo hay un bien, que es la sabiduría; sólo hay un mal, que es la ignorancia». Y la obra discurre, y el texto, y la acción. La escenografía de Paco Azorín, un diez. Y el trabajo de luces no queda asignado, deduzco que es del mismo Mario Gas, y es un gran trabajo que parece sencillo y en cambio luce e ilumina una gran variedad de matices. El vestuario de Antonio Belart no destaca, y por eso es adecuado.

Especialmente atenta y destacando, por no querer destacar, estuvo Amparo Pamplona, la única actriz del reparto.

Las escenas están llenas de fotografías que van calando en la mente del espectador, fotos que se detienen en la memoria para crear tu propio dossier del espectáculo para vender la obra a ti mismo a los demás, unas fotos que resultan brillantes para recordar. Son generosos los matices también de voz en cada personaje, si bien en algún momento resulta casi falseado. En otros momentos se echa de menos pasión, que en cambio queda plasmada como contundencia. El movimiento escénico, que utiliza cada rincón del espacio, es leve, mesurado y elegante. Falta espontaneidad narrativa. Me pregunto, sin dudar de la eficacia ni de uno ni de otro, el porqué Josep Maria Pou y/o Mario Gas plantean a Sócrates descuidado consigo mismo; nos presentan un abuelo despeinado, casi soberbio y casi vacío de gestos, ¿por qué?. Me recuerda un Sócrates poseído por Sancho Panza, en actitud y tono, ¿por qué?. Y en otros momentos se muestra un Sócrates de loca sabiduría al estilo Don Quijote, ¿por qué? Eso sí. Seguro y sin interrogantes. Resaltemos la selección musical, también deduzco de Mario Gas; y el texto, donde aquí también sorprende y se aplaude con mucho respeto a Gas.

BAL.KAN. MEL I SANG (Miel y sangre), Jordi Savall y Hespèrion XXI

Dirección: Jordi Savall

Música. Teatre Grec,

Todo el espectáculo, idea original del propio Savall junto a Montserrat Figueras, fue cuidado y mimado, desde luces hasta la selección musical, pasando por su continua magia y silencio que otorgaban el espacio. Un gran espectáculo querido, trabajado y estudiado. Todo el espectáculo fue una pausa musicada. Es cierto que esperaba a lo mejor la música balcánica que Kusturica siempre ha promocionado, hablo de una mayor pasión a todo color, pero hemos tenido la sorpresa de reencontrarnos/descubrir las raíces comunes de la música antigua, donde han primado los colores piedra. Son dos horas y media de viajes, paseos y vaivenes que Savall delega con elegancia para compartir su universo con todo el elenco de músicos seleccionados; y el público tenemos la suerte de ser testigo de ello. Músicos búlgaros, armenios, griegos, turcos y demás invitados junto a Hespèrion XXI ofrecen un programa cuidado y variado, alternando momentos más vocales, que ofrecen deliciosamente afinados, con otros más instrumentales; en el programa de mano lo ilustra exactamente así:» Más allá de las diferencias que los separan, los pueblos balcánicos comparten sentimientos, celebraciones y, a veces, lágrimas. Lo hacen con el mosaico de músicas que forman la nueva propuesta de un maestro de los sonidos antiguos». Exacto. La maestría de Savall no presumía de nada sino que cumplió como apoyo de toda la orquesta, y ésta surgió viva y con personalidad, envuelta de forma constante de un ambiente lleno de misticismo. No es una obra que luce con neón sus emociones, sino que ellas aparecen sobre el escenario con pudor cautivo ejerciendo de hilo conductor entre cada músico. Inteligente pero sin frialdad, la obra se deja esparcir entre platea, una platea al aire libre que supo apreciar, aplaudir y bailar cada una de las piezas que se nos iban regalando. Todavía podrían haber aportado un poquito de ese otro color balcánico que también esperábamos. Igualmente, fue un auténtico clímax corporal en cada estilo que se mostró, pero todos ellos aunando un mismo paisaje musical lleno de autenticidad, insisto, pausada. Al acabar, no se sabía muy bien si resurgir de un trance hipnótico, puesto que la sensación física fue mística en tanto que auténtica y vital. No se sabía muy bien qué había pasado, pero fue algo importante.

EL CINQUÈ HIVERN (El quinto invierno), Mal Pelo -ESTRENO marzo 2015 en Francia-

Dirección: María Muñoz y Pep Ramis

Danza. Mercat de les Flors, 23 de julio

El mundo de Mal Pelo está lleno de verdad, una verdad que a veces duele, una verdad que te hace sentir, la verdad del tiempo. Esta obra es otra de las perlas del Grec de este año. Dicen: «Esta noche nace nuestro tercer caballo» texto de Erri de Luca que sabe ilustrar a la perfección lo que se narra en toda la historia, y ya estás en el mundo que nos proponen, el de esa verdad. María y Pep son dúctiles e intensos, y August Viladomat sabe acompañarles con su diseño de iluminación. Intensa también es la propuesta de espacio del propio Ramis y de Aymerich, que aparece a su vez desnudo y, por ello, lleno de imágenes. Otras frases: «…me da miedo que no llores nunca», «Oscuridad hecha de blanco y de luz». Respirad y aguantad, así es el espectáculo. También excelente es el espacio sonoro y composición Fanny Thollot, lleno de recursos y grandes sutilezas. Muñoz y Ramis, no sólo en su coreografía sino también en su interpretación siguen superando un paso del tiempo que les aporta una madurez excepcional llena de rotundidad. Su coreografía es clara, y sabe compartir pinceladas técnicas, equilibrios y desequilibrios, ritmos y pausas, siendo fieles a su estilo, pero sin copiarse. Siempre investigando para ser explicar más esa verdad de la que os hablo al principio, repito textualmente, el mundo de Mal Pelo está lleno de verdad, una verdad que a veces duele, una verdad que te hace sentir, la verdad del tiempo. Aquí en esta historia, que nos habla del mundo y de la vida de la pareja, (suspiro y callo…); una vida de pareja que nos muestran compartida geográficamente en un posible campo de concentración, o en la estepa rusa, o en un desierto de Marruecos, o en un simple concierto, o en la desaparición de si mismos, tal vez muerte.

Los sesenta minutos pasan volando, me pregunto si seguimos hablando de ese mismo tiempo, sea en la historia que cuenta o sea el del escenario. No lo sé. Y por eso quiero más. Ese maldito tiempo que se acaba en ambos lados del teatro. El cinqué hivern es un mundo en si mismo, en lo que sería un espejo atrapado en las imágenes que no queremos ver. …Y tercera : el mundo de Mal Pelo está lleno de verdad, una verdad que a veces duele, una verdad que te hace sentir, la verdad del tiempo.

THE CIVIL WARS, Institute of Political Muder

Dirección: Milo Rau

Teatro. Mercat de les Flors, 23 de julio

«Es demasiado tarde, estamos condenados al fin». Milo Rau nos presenta un formato documental en vivo y en directo, a modo de entrevista-monólogo de cada personaje, que sabes que son realidad. Son realidad los personajes junto a los actores que los interpretan, puesto que se interpretan a si mismos. Rau propone durante ciento-treinta minutos a cuatro actores que narren su biografía. La obra en idioma original (francés y flamenco) con subtítulos, la narrativa pausada, la prioridad de la oscuridad en la iluminación, lo que se narraba en la historia de cada persona… todo ello configuró un espectáculo muy denso que no todo el mundo quiso disfrutar/soportar. Ah señores, no siempre el teatro son risas y plumas. Claro que fue denso, no sólo en su estética sino al saber que el texto no era una ficción, quizás un poco de vergüenza, tal vez dolor, invadía la platea recordándonos que esa etiqueta de europeos no siempre la podemos llevar con orgullo, y no es cuestión de banderas sino de personas, que esas son las que no siempre cuidamos.

La obra es un bofetón, y eso no siempre gusta. En su dirección y propuesta Rua no escatima en realeza, que no crueldad. Es difícil saber aquí dónde está esa linea entre actor y personaje, puesto que explican su propia historia, me pregunto cómo se gestiona eso en las escuelas teatrales, en el lenguaje de la interpretación. Digo yo, que en cada biografía siempre existe humor, que no siempre cinismo, esa grieta de luz podría aparecer sin temer perder esa otra oscuridad pretendida que llegó a pesar demasiado; ese poquito de oxígeno incluso dejaría ver más esa oscuridad; es un juego peligroso el de traspasar Stanislavski a platea, puesto que si el personaje muere, el público morirá. … Me refiero que Rau estrictamente no dejó espacio a que se pudiera respirar, y esto hizo que la platea se fuera vaciando (quizá una cuarta parte), y la opción para quedarse era ser consciente que la falta de oxígeno estaba en la historia y la realidad biográfica contada, pero no sentado en tu butaca.

Una obra-bofetón, como digo, que estaría bien que aquellos que tienen más poder ejecutivo en global, deberían ver; para los otros, preguntémonos qué podemos mejorar en el día a día cada uno desde nuestro propio ámbito.

LA TORTUGA DE CALIFÒRNIA, de Daniela Freixas -ESTRENO-

Dirección: Lurdes Barba

Teatro. La Seca Espai Brossa, 24 julio

«Tenemos derecho a elegir más allá de nuestra genética» escribe Daniela Freixas, y Lurdes Barba sabe dirigir en esta red de rencores y falsedades que inunda en la familia que nos propone La tortuga de California. Una historia que se pregunta acerca del principio pedagógico que cuestiona si la persona hace o se hace, se pregunta si tiene más peso la herencia o el ambiente, se pregunta hasta qué punto tú eliges tus acciones en tanto que eres portador de genes familiares. Texto y dirección llenos de matices e intensidades. Destaca Josep Julien, que está brillante, sereno, mesurado, precavido pero real, exacto con su voz y con su gesto, un personaje no fácil que hace vivo e integra en cada acción, una pequeña acción, incluso, como es quitando de la mesa una miga de pan, así literalmente.

El dolor se narra queriendo perdonar. Y a medida que avanza la obra, descubres una Lurdes Barba que mueve los hilos con sabiduría, y la misma Freixas se deja llevar muy bien, como Anna Güell y el descubrimiento de Daniela Freixas. El equipo lo completa Roger Orra para la escenografía y Maria Domènec para el diseño de iluminación. Toda la compañía está a tono, a una, en el mismo espacio no sólo físico, en el mismo plano, en la misma tesitura, nadie se escapa, y todos son generosos y buenos compañeros, continuamente lanzándose cables para dar a voz a cada uno en cada momento. Barba sabe plasmar ese encierro familiar que deja enclaustrar a unos y a otros escapar. Un encierro en el que puedes permanecer como público sin ahogarte de manera incómoda. El retrato de esa culpabilidad es todo un reto de buen trabajo y de éxito asegurado, espero, en el circuito teatral.

NEUS CATALÀ. UN CEL DE PLOM, de Carme Martí -ESTRENO-

Dirección: Rafael Duran

Teatro. Sala Muntaner, 25 de julio

El cóctel molotov de la emoción: escoges una historia real como la de Neus Català, pones un texto con la rudeza de Carme Martí, que lo dirija con temple Rafel Duran y que lo interprete con magistralidad tridimensional Mercè Arànega. He aquí una historia adulta, con sus motivaciones y consecuencias. Sala Muntaner, al completo, estuvo sin respirar toda la obra. Un monólogo. La sutileza gestual de Arànega combinaba cada escena a la perfección con las propuestas de luz, escenografía y espacio sonoro de Quico Gutiérrez, Pep Duran y Lucas Ariel Vallejos, respectivamente. Todo el recorrido se mostró tal cuál, si disimulos pero sin retorcerse en el dolor gratuito y efímero, ese era un dolor eterno, que marcaba heridas que no creo que nunca puedan cicatrizar. La historia de las personas en los campos de concentración, duele cuando son un trapo que guardar o uno para mostrar exageradamente, este no es el caso. Aquí la historia, con todos sus componentes, es sin filtros; ni te salpica pero ni tampoco hay mampara de protección. Un salto a la no-ficción que Arànega sabe revivir de manera auténtica, sin forzar, de aquella manera que parece recordar no el texto sino su vivencia real, la de Neus. Porque Arànega es Neus Català teatralmente en ese momento, respeta demasiado a la persona como para atreverse a ser ella realmente, Aránega sabe serlo como personaje teatral justo para seguir respetando al personaje real, y no por eso es menos auténtica. Todo un trabajo inteligente que sabe destilar dolor, retrato e insisto, respeto, mucho respeto.

IL N’EST PAS ENCORE MINUIT…, Compagnie XY

Circo. Teatre Grec, 27 de julio

La Compagnie XY viene con veintidós acróbatas y al espacio por excelencia del festival, había éxito asegurado. Y así ha sido. Buen humor, energía y vértigo. El vértigo de estar vivo. El vértigo de los conflictos. Y el desconsuelo del vértigo. Ante este espectáculo, no te puedes quedar sólo con lo fácil -muy difícil de ejecutar y el valor de ejecutarlo, ahí es nada- que son los equilibrios imposibles, mortales y demás acrobacias que nos ofrecen. Absorbiendo todo esto en vértigo continuo, puedes no sólo ver sino intentar mirar qué pasa, qué nos cuentan, qué ímpetus y causas mueven todo ello. Conocida la motivación y manera de funcionar la compañía, que es de creación colectiva, esta es la historia que miro y narran ante mis ojos:

Formado ya el círculo de la humanización, después de una introducción al mundo que nos presentan y organismos que funcionan casi de manera individual, se acaban las peleas. Y a partir de ese círculo empieza la danza a ritmo de swing. Y con la danza se llega al vuelo. Y volando se establecen las relaciones entre ellos, entre las personas. En todo momento hay delicadeza e intensidad musical. Con esas relaciones entre las personas, entonces, aparece la poesía. En todo momento está muy cuidado el dibujo coreográfico en el espacio. Con la poesía aparece la confianza, y con la confianza aparecen las desconfianzas. El humor irrumpe para romper todo como paréntesis de tanta adrenalina contenida entre el público. Después aparecen las maderas, donde hay una gran utilización y explotación de este elemento escenográfico impulsor y cojín de movimiento. Il n’est pas encort minuit son sueños de vuelo-danza-circo hecho realidad. Señalar que hay buen gusto para el vestuario de Nadia León y la iluminación de Vincent Millet. Hay un total dominio del tempo del espectáculo como obra global. Y en el epílogo de vuelos: emoción y más humor, ¡qué dosis e inyección de vida!¡eso es una borrachera verdadera, estar ebrio de vida…. contagiémonos! Esta obra habla de estar ebrio por y para la vida, quizá sea esta la única manera de seguir caminando. Y en ese camino también, la unión es la fuerza para llegar más alto.

Muchas, muchas son las obras que me quedaron por ver, y con ganas de hacerlo. Seguiré atenta a la cartelera. Pero esta ha sido mi elección. Mi ruta Grec. Mi Ruta. Una Ruta Limón que me ha revuelto en todos los sentidos, que al fin y al cabo me ha emocionado, y sigo dando gracias a las ventanas por sentirme que pertenezco a este mundo del escenario. No sólo por mi pasado sino también por este presente: espectadora de nuestro teatro. Y ser también espectadora del público que así lo ha vivido en muchas obras: mirando, callando y compartiendo entre pasillos de los teatros todo lo que se llega a vivir en este festival, también en concreto. Restamos a la espera del Grec 2016, 40º aniversario.

Anna Jarque. Barcelona, Festival Grec, verano 2015.

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