Críticas de espectáculos

Infame/La Elemental

Piso compartido
Obra: Infame
Autor: Peru C. Saban
Intérpretes: Juan Luis Corrientes, Amalia Di Toma, Rebeca Torres
Coreografía: Manuel Cañada
Dirección: Marisa Lafuente
Producción: La Elemental
Bilborock – 28-10-03 – BAD
Los cruces de diferentes lenguajes sobre una propuesta escénica suele reproducir un efecto diglosia: el lenguaje más fuerte, más estructurado, más reconocible, presiona sobre los demás, llegándolos casi a ocultar. En este trabajo el cortometraje, es decir el cine, nos narra la historia, lo reconocible, lo asequible. Los actores en vivo y en directo no actúan como en el corto, aunque sean los mismos, e incluso sean, se sobrentiende, los mismos «personajes». Cuando hacen teatro son menos naturalistas, buscan un ente escénico, una diferencia, pero al utilizar para ello fórmulas muy difusas en su categoría significante, no superan el poderío del guión básico, el cortometraje, que es el que mantiene todo el hilo conductor, viéndose que cuando se llega a una pausa, entonces en el escenario se intenta o ilustra, o sublimar las sensaciones en un estadio más irracional, quizás más regresivo, con golpes de humor incluidos.
La anécdota del cortometraje es muy simple, un cúmulo de casualidades para que tres jóvenes se crucen sus vidas y acaben compartiendo piso, y lo que se nos narra en el escenario parecen insinuaciones, ejercicios, evocaciones superpuestas, siempre circunstanciales, por lo que no marcan ritmo de recepción, sino que colocan la atención en otro plano más abstracto, pero sin soluciones de encadenamiento. Los toques de humor, las referencias aparentemente muy personales, unas claves generacionales, para ir amontonando capas de colores al boceto.
Las intenciones, lo que tiene de experimento de uso de lenguajes diferentes es interesante, pero resulta que ninguno de los elementos, por sí mismo, adquiere importancia, atrapa, logra ese punto de valor artístico o comunicativo, por lo que en su conjunto queda como un suspiro, como un juguete escénico, como una superposición aleatoria de historias, trazos y sensaciones. Los actores de escena hacen un buen trabajo físico, pero su cometido queda relegado en ocasiones a contar chistes machistas, o unos textos muy poco modulados, y se nota la identificación con la propuesta.
Carlos GIL

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