El Chivato

Se detiene la producción teatral en Puerto Rico

Recientemente los Promotores de Espectáculos Masivos levantaron su voz de protesta ante la Ley 108 del 12 de julio de 1985, Ley de Descuentos para Envejecientes. Por este medio, los Productores de Teatro de Puerto Rico aquí representados, ofrecemos nuestro apoyo a sus gestiones y nos solidarizamos completamente con sus demandas en la búsqueda de una inmediata solución a este grave problema que entendemos amenaza seriamente la estabilidad de la producción teatral del país. Tal gravedad constituye la aplicación de dicha Ley, que podría amenazar la celebración de la próxima temporada teatral que comienza en agosto de este año, provocar un paro en la producción y/o la cancelación de varias producciones profesionales pautadas para los meses de agosto a mayo. Estas cancelaciones afectarían de manera dramática los más de 8,000 empleos directos e indirectos que ésta crea. Además de lo ya señalado por los productores de espectáculos, deseamos dejar meridianamente claro varios puntos que nos afectan de manera mucho más adversa, por el hecho de que la producción teatral presenta particularidades distintas a las del productor de espectáculos. CADA DÍA ES MÁS DÍFICIL Y MÁS COMPLICADO PRODUCIR TEATRO EN PUERTO RICO.
El acceso a los escasos subsidios, la ausencia de un respaldo significativo de la empresa privada, los requisitos de leyes industriales aplicados a la producción artística y teatral, la carencia de una filosofía gubernamental concreta sobre lo que es el arte teatral y la variedad de conceptos que se tienen del teatro por cada agencia que tiene, -de alguna manera- que intervenir con nuestro trabajo, hacen que cada día sea menor la cantidad de espectáculos teatrales, y se merman las ayudas que se necesitan para continuar el trabajo cultural.
Otras leyes y disposiciones gubernamentales que nos afectan muy adversamente amenazando la estabilidad de la creación teatral, y que comenzaremos a discutir públicamente en un tiempo muy próximo lo son:

  • la inconstitucionalidad y discriminación de la Ley del Colegio de Actores de Teatro de Puerto Rico.
  • la nueva interpretación de las disposiciones de la Administración del Derecho al Trabajo y su programa de incentivos salariales que exigen al teatro requisitos de organización industrial que no son aplicables a nuestro oficio.
  • la mencionada reorganización de propósitos que el Municipio de San Juan pretende hacer con la primera Sala de Teatro Municipal Teatro Tapia.
  • las prácticas cuestionables de distribución de fondos de la Oficina de Fomento Teatral del Instituto de Cultura.
    Ante todo queremos hacer entender que no sólo producimos teatro, sino que también hacemos cultura puertorriqueña.
    Ante esta realidad, los productores aquí reunidos queremos consignar lo siguiente:
    1) Que los espectáculos teatrales por su naturaleza se realizan en Teatros del Estado que no superan las 600 butacas (incluso uno de los teatros del CBA tiene sólo 200) y que el costo de la taquilla en la mayoría de las ocasiones, no supera los $25.00.
    Esto no compara con la cabida de las salas de conciertos de más de 1,200 butacas o los estadios deportivos que tienen más de 5,000 cuyos boletos pueden llegar a los $150.00.
    2) Que el teatro por su propia naturaleza no es un evento multitudinario, donde las espectativas de ganacias son seguras gracias a sus auspiciadores comerciales.
    Es un hecho comprobable que sólo uno de cada diez espectáculos teatrales del área metropolitana puede asegurar lleno completo en sus seis funciones regulares.
    3) Que una producción teatral tiene un costo mínimo promedio de $60,000.
    4) Que las subvenciones para el Teatro en Puerto Rico son escasas y reducidas en cantidad y en el 80% de las producciones teatrales hay pérdidas económicas.
    A pesar de ser una empresa de pérdidas, el Teatro es parte del proceso cultural del ser humano desde hace más de 30 siglos, y del proceso puertorriqueño desde los taínos, por lo tanto, es un deber humano el continuar haciéndolo.
    El teatro no es una empresa que se va a la quiebra como una industria común, no puede dejarse de hacer como se deja de hacer un producto de consumo. Existe una urgencia humana, social, educativa, cultural y espiritual, en los que lo hacen que el Gobierno está obligado por su sistema de Leyes, a respaldar.
    5) Los Productores de Teatro NO ESTAMOS EN CONTRA de que se le concedan a los envejecientes algún tipo de descuento por los espectáculos teatrales que se presentan en los Teatros del Estado.
    6) Sí queremos dejar saber que ha habido producciones teatrales realizadas por nosotros en las que no ha habido ganancia alguna porque todos los asientos han sido ocupados por grupos de envejecientes que entran con descuentos. En otros casos, hemos notado que llegan en gran número a la sala de teatro, en guaguas alquiladas a esos efectos, en claro abuso del derecho que la ley de descuentos les concede. Y queremos recordar que a los actores, a los directores, a los dramaturgos, a los teatros y a los medios de comunicación se les paga con la entrada de Taquilla. Nosotros no podemos hacer teatro gratis para el pueblo porque hacer teatro nos cuesta mucho dinero. Y el Gobierno no puede cobrar al productor teatral un beneficio que el Gobierno ofrece como parte de su política pública. Y mucho menos puede hacerlo sin dar algo a cambio.
    7) Queremos dejar muy claro que los costos de producción teatral han aumentado en un 50% desde que se implementó la ley en 1985, y es el productor el UNICO que corre con todos los riesgos de pérdidas de su trabajo.
    8) Entendemos que dicho descuento -que debe ser de un 30% por ciento y no de un 50%- debe darse a personas de 65 años o más, y no 60 como establece la Ley, pues se sabe que mucha de la población de 60 años que asiste al teatro, es hábil para pagar los costos de un boleto.
    9) Creemos que en el caso del Teatro, la cantidad de boletos vendidos con descuentos se debe limitar al 5% del cupo total de la sala por función.
    10) Queremos dejar claro que en la actualidad no existe control del productor en las taquillas de los teatros del Estado sobre a quién se le vende el susodicho boleto de descuento.
    11) Que el Gobierno debe asumir de alguna manera la responsabilidad del costo de los boletos de descuento. El Gobierno podría:
  • Aumentar de manera promedial las subvenciones de los espectáculos a la cantidad de personas que reciben descuentos.
  • Ofrecer sustanciales descuentos en las tarifas de alquiler de las salas de los Teatros del Estado que compensen de manera real dicha carencia.
  • Que se asigne dinero a una agencia gubernamental que se encargue de repagar dicho costo de los boletos de descuento mediante informe y presentación de evidencia de los descuentos otorgados por virtud de esta ley.
  • Originar cualquier mecanismo procesal o de servicio que nos haga sentir que estamos recibiendo alguna compensación por el descuento que damos y que consideramos una sustancial pérdida de ingresos de la producción.
    Exhortamos a los Legisladores y Comisiones de Cámara y Senado, así como a la Gobernadora Sila María Calderón, -a quien hoy mismo le haremos llegar una carta con nuestras preocupaciones- y a todos los asesores culturales del Gobierno que tengan que ver con este asunto a que se reúnan de inmediato con los productores de Teatro para que se elaboren enmiendas que se apliquen específicamente al TEATRO, y no a los productores de TODO TIPO de espectaculos públicos Si se persite en la aplicación de esta Ley sin enmiendas, así como en la aplicación de multas de parte de las agencias fiscalizadoras, se estará afectando uno de los procesos culturales de libertad de expresión más valiosos de un pueblo que es la creación teatral.
    Todos estos procesos legales y gubernamentales y muchos otros de los que podríamos dar noticia, desaniman e impiden la producción teatral, y si esta merma, ni los actores, ni los dramaturgos, ni los diseñadores teatrales podrán contar con suficientes fuentes de trabajo que garanticen su estabilidad económica.
    Estas leyes están obligando a la producción teatral al remontaje de obras, a la reducción de proyectos, a realizar espectáculos que apelen sólo a un sector del público, a reducir empleos, a reducir la inversión en la producción teatral, y a abandonar los teatros del estado e ir en la búsqueda de otros espacios privados de representación donde estas leyes no afecten el desempeño de este arte.
    Queremos anunciar finalmente que estamos convocando a una gran manifestación para el día 7 de julio en donde reuniremos a toda la clase teatral para dejar saber al país el estado de situación en que nos encontramos.
    Está más que claro que estas situaciones son ya intolerables para la producción teatral y de no corregirse en las próximas semanas puede amenazar seriamente la realización de la próxima temporada teatral y la subsistencia de una numerosa clase de trabajadores culturales que dependen de ella para vivir.
    Consignan este comunicado:
    1. Raymond Gerena de Gran Escenario
    2. Julia Monzón de Garbo Productions
    3. Roberto Ramos–Perea, Atica Ensemble
    4. Edwin Ocasio de Producciones Contraparte
    5. Alexis Gueits de Teatro del Sesenta
    6. Florentino Rodríguez de Producciones Aragua
    7. Ivonne Vissepó de Vissepó Productions
    8. Ulises Rodríguez de Producciones Teatro Caribeño
    9. María G. Ortiz de Acuarela Productions
    10. Juan Carlos Morales de J.C. Club Drama Productions
    11. Angela Mari de Teatro El Angel
    12. Vivian Casañas de Teatro Sol y Luna
    13. Juan González-Bonilla, Producciones Candilejas
    14. Orlando Rodríguez, Producciones Artefacto
    15. Caridad Sorondo, Producciones Entre Nos.
    16. Francisco Zamora, People´s TV
    17. Javier del Valle, Mimonerías
    18. Agustín Rosario, Taller Uno
    19. Madeline Rivera Otero, COPAE
    20. Luci Cintrón, de Red Creativa
    21. Alba Nydia Díaz, Producciones Taína
    22. Sonia Valentín, Producciones Copelar
    23. Blanca Lizette Cruz, Producciones Alfonsina
    24. Gilberto Valenzuela, Producciones Antares
    25. Rafael Rojas, Producciones Teatro Coribantes
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