Críticas de espectáculos

Tierra del Fuego/Mario Diament/Claudio Tolcachir

En el laberinto de preguntas sin respuestas.

Tierra del Fuego de Mario Diament, estrenada hace cuatro años en Argentina, presentada en Estocolmo y ahora en España, está basada en un acontecimiento real, un atentado perpetrado por un joven terrorista palestino en Londres en el autobús que llegaba desde el aeropuerto al hotel.

Mario Diament se ha inspirado en su obra de ficción en hechos reales de la vida de la israelí Yulie Cohen, ex azafata, una de las víctimas de este atentado en el que murió su mejor amiga y ella misma fue herida grave.

Yulie, en la obra Yael Alón, decide encontrar al autor del atentado en la cárcel en Londres donde cumple pena de cadena perpetua.

Como si este encuentro, la confrontación con el terrorista, pudiera calmar su dolor, liberarla de su «encarcelamiento» en sus recuerdos que la obsesionan, de su dolor, de su incomprensión. ¿Qué espera Yael de este encuentro? ¿ las explicaciones ? ¿el arrepentimiento del terrorista? ¿Es posible el perdón?

Contrariamente a las confrontaciones bipolares de la víctima y del verdugo que abundan en la literatura dramática, particularmente en las de las posdictaduras, Mario Diament desplaza el enfrentamiento estéril de las razones y de argumentaciones contradictorias: al que tiene razón, le colocá en el contexto más abierto en que se cruzan puntos de vista diferentes.

Así al encuentro de Yael y de Hassan participan el abogado que asiste a Hassan desde su condena, el marido y el padre de Yael y la madre de su amiga muerta en el atentado. Un personaje invisible pero muy activo, es el tiempo, un protagonista de primer plano en la obra.

Claudio Tolcachir traslada magistralmente, en el escenario la dimensión emblemática del engranaje de la violencia ideológica, política, militar y sus consecuencias más allá del conflicto israelí – palestino.

¿Quiénes son los verdaderos culpables de todas estas violencias, de las masacres terroristas perpetrados por la gente, en mayoría jóvenes, manipulados, intoxicados con las ideas mortíferas y también victimas de ellas?

¿Cómo romper esta cadena de violencia ?

Elisa Sanz concibe el espacio mental que evoca la cárcel y contiene diferentes diálogos e historias de vida de los protagonistas en otros lugares en el pasado y en el presente. Un espacio del encierro en el cual cada uno busca el camino y la luz.

En el escenario una mesa y cinco sillas que los personajes desplazan en diferentes situaciones. Arriba del muro del fondo, unos cuadros de luz evocan ventanas.

Sobre la mesa un rectángulo de arena (referencia a la tierra reivindicada por los Israelís y los Palestinos o a la Tierra del Fuego). Los espectadores cercan el escenario por tres lados.

La música, tambor y laúd, y a veces un canto melancólico, marcan las tensiones dramáticas.

En este espacio metafórico el espectáculo empieza con una imagen muy impactante de la incomprensión, del choque de argumentos contradictorios, una algarabía caótica de palabras ininteligibles de personajes que hablan todos al mismo tiempo.

Poco a poco se va a percibir, a medida que se desvelan sus historias, las intentos de escuchar al otro, de dialogar con él, de entender sus razones. Pero entender, sentir el dolor del otro, ponerse en su lugar, parece imposible. ¿Qué significa en este caso la compasión ?

Mario Diament no toma partido y tampoco Claudio Tolcachir. Poniendo en el mismo plano a la víctima y al terrorista, nos invitan a entrar en este laberinto de preguntas, a formar nuestras propias conclusiones tras haber escuchado las historias de los protagonistas, sus justificaciones, sus acusaciones.

También, como ellos mismos, con el paso del tiempo, ¿tanto el perpetrador del atentado como sus víctimas y sus familiares, se posicionan respecto a este hecho trágico?

¿Han cambiado o por lo menos modificado sus visiones? ¿Han sido capaces de salir de sus prejuicios, de las etiquetas y de los criterios morales?

¿Qué significa matar al otro cuando para unos el terrorista es un asesino y para otros un luchador, un combatiente en nombre de dios, un mártir ?

El conjunto de los actores es impactante en su actuación natural, con autenticidad y sutileza sin intención de emocionarnos ni atraparnos en el sentimentalismo y tampoco en el partidismo. Alicia Borrachero (Yael) y Abdelatif Hwidar (Hassan) estan particularmente fascinantes, creando los personajes muy humanos, vulnerables, y al mismo tiempo implacables uno con otro, la verdad de cada uno no es negociable.

En el encuentro de Yaël y de Hassan se insertan los diálogos entre diferentes protagonistas y los recuerdos del pasado que aclaran sus sentimientos y sus actitudes. Así la relación conflictiva de la pareja Yaël y su marido, quien no entiende porque su mujer decide encontrar el terrorista y porque sigue durante tantos años obsesionada, a tal punto por el atentado. ¿ Si un marido no está capaz de comprender el sufrimiento de su mujer como se puede comprender al enemigo ? La madre de la amiga de Yaël, muerta en el atentado, tampoco entiende su decisión de hablar con el asesino.

El abogado de Hassan que le acompaña y observa desde hace 23 años duda de su arrepentimiento.

A pesar de todo Yaël se obstina en perseguir su difícil dialogo con Hassan, intentando escuchar y entender sus razones.

¿Por qué? ¿En nombre de qué justifica su acto ?

Como salir de : «quien tiene razón en este antiguo conflicto israelí – palestino». ¿ A quién pertenece esta tierra ensangrentada, quemada, donde la paz parece una utopía inalcanzable?

El pasado, los recuerdos de las historias de los familiares de Hassan y Yaël irrumpen en el dialogo. Así de la historia del abuelo de Hasan que vivió en la Tierra del Fuego, de la cual hablaba también el padre de Yaël, surge un puente atravesando el abismo que les separa. La Tierra del Fuego es una metáfora de la tierra soñada, «prometida» sin guerra.

La tierra donde Yaël y Hassan pueden encontrarse no como enemigos pero como seres humanos que aspiran a hacer las paces y a vivir en paz.

Con esta Tierra del Fuego cada uno empieza un largo viaje hacia el otro. Gracias a la intervención de Yaël, Hassan obtiene la libertad condicional y empieza una nueva vida, trabajando en una panadería.

¿ Un happy end ? ¿ El perdón ? Claro que no. Es sólo el primer paso para salir del túnel mortífero.

Irène Sadowska

Obra: Tierra del Fuego – Autor:  Mario Diament – Dirección: Claudio Tolcachir – Version española: David Serrano – Iluminación:  Juan Gomez Cornejo e Ion Anibal Lopez – Escenografia y vestuario: Elisa Sanz (AAPEE) – Intérpretes: Alicia Borrachero (Yael Alon), Tristan Ulloa (Ilan), Abdelatif Hwidar (Hassan El-Fauzi), Juan Calot (Dan Alon), Malena Gutierrez (Gueula Golan), Hamid Krim (George Walid) – Naves del Español – Matadero del 21 de abril al 5 de junio 2016

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