El Chivato

Ur Teatro estrena ‘La Tempestad’ en Festival Shakespeare de Santa Susanna

La compañía Ur Teatro estrena hoy (12/08/2004) la obra La tempestaden el marco de la segunda edición del Festival Shakespeare que se prolongará hasta el día 22 de este mes en la localidad barcelonesa de Santa Susanna. La obra repasa la historia de una venganza cocida por el rencor acumulado durante una docena de años La compañía Ur Teatro será la encargada de inaugura la segunda edición del Festival Shakespeare de Santa Susanna con la puesta en escena de La tempestad, obra coproducida con el propio festival. La obra, que cuenta con la dirección de Helena Pimenta, está protagonizada por Álex Angulo, Ramón Barea, Jorge Basanta, Jesús Berenguer, Jacobo Dicenta, Vicente Díez, Mikel Losada, Concha Milla, José Tomé, Fernando Ustarroz y Pepe Viyuela.

La tempestad es la historia de una venganza cocida por el rencor acumulado durante una docena de años, los que lleva Próspero en la isla desde que fuera desterrado de sus tierras y desposeído de su título de Duque de Milán. Había llegado hasta allí acompañado de su hija Miranda y de sus libros, con los que había cultivando su afición por la magia y las ciencias ocultas, gracias a las cuales, había sometido a dos seres, el antiguo señor de la isla, Calibán, y el espíritu benéfico Ariel. Hasta que un buen día, la Fortuna hace que pase cerca de la isla el barco en que viajan el Rey de Nápoles, su hijo Fernando y el ilegítimo Duque de Milán. Avisado de ello, Próspero empleará todo su arte para consumar su venganza, desatando La tempestad.

Ur Teatro ha afrontado el montaje de una obra que, a su directora Helena Pimenta, siempre le ha dado respeto hasta el punto de haber llegado a decir hace escasamente tres años que todavía no se atrevía con ella porque asegura que hay obras que uno sabe que las montará sólo cuando llegue el momento adecuado. «Por aquel entonces, yo sabía que de forma teórica, intelectualmente, era capaz de llevarla a los escenarios, pero no emocionalmente. Sentía que no la comprendía en profundidad. Curiosamente, las circunstancias han hecho que esa hora haya llegado, casi como un compromiso ineludible». Las razones del cambio se deben a que, según la directora, es posible que en los últimos años se haya concretado un tipo de madurez, «quizás debido a que estos últimos tiempos he tenido la oportunidad de participar en diferentes experiencias que me habrán dado pistas y datos importantes con respecto al oficio, al margen de la evolución personal, que también está, porque cada vez avanzamos más deprisa», a lo que se suma el hecho de haberse separado de Shakespeare durante una temporada, embarcados como han estado en los proyectos de Sigue la Tormenta de Enzo Cormann, Luces de Bohemia de Valle Inclán y Sonámbulo, versión de Juan Mayorga sobre el poemario Sobre los ángeles de Alberti.

Todo ello se debe a que La tempestad es una obra en la que se condensa todo Shakespeare, testamento escénico en el que, según Pimenta, recoge su experiencia teatral y vital, con los personajes a los que ha dado vida y los temas que le han inquietado y obsesionado en su dilatada carrera como autor. Si Shakespeare ya lo había hecho durante toda su obra, en La Tempestad, consigue adentrarse incluso más en lo más profundo de la naturaleza humana. En opinión de Pimenta, si hubiera escrito algo posterior a esta obra, habría sido otro. «Había llegado a unos extremos de teatralidad que es capaz de hablar de la naturaleza del teatro casi sin decir nada. Cómo está construida cada escena, cómo podemos ver en la obra a Romeo y Julieta, a Macbeth, a Othello. Es como ese gran testamento, pero también en su estilo», porque la mezcla de distintas tramas hacen de esta obra una gran sorpresa constante, tanto desde el punto de vista del relato, como del lenguaje, como de los personajes que aparecen. La fantasía es llevada al máximo gracias a que está absolutamente anclada en la realidad.

«No he visto una obra más sorprendente de estructura, que condense tanto el universo shakespeareano y que viaje, desde una escena primera que puede ser un relato de aventuras casi monologados, a una brutal y carnal como la siguiente y de ahí a la próxima, que es totalmente lírica. Esto provoca en el espectador una extrañeza que contribuye a esa atmósfera de fantasía». Todo para llegar a un final no menos inesperado, en el que para Pimenta parece que, habiendo llegado a una edad, el autor ha visto el mundo de tal manera que es capaz de hacerse cargo de la debilidad humana, «tanto de la suya, como de la de los demás. Y, sobre todo, lo que hace es perdonarse a sí mismo, indulto entendido de una forma contemporánea y por tanto, no cristiana. El perdón que manejamos desgarra, rompe. Más aún cuando quienes reciben la gracia van a volver a las andadas al primer despiste. Nos situamos en esa paradoja, esa ironía que se mueve entre capacidad de encontrar el sentimiento de reconocer la debilidad humana y sin embargo, conociendo sus límites, a sabiendas de que hoy no hay dioses que nos perdonen, sino que somos mucho más responsables de nuestros actos y nuestra vida».

La propia Pimenta ha hecho una traducción del original en prosa poética, puesto que su intención era lograr un trabajo de estilo, «no para ser leído, sino para ser representado. Muy eficaz y a la vez muy shakespeareano. Es decir, muy respetuoso con la belleza poética, el juego rítmico, el mundo metafórico y el lenguaje propio la obra, que es diferente al resto de las obras, más sintético, más directo y menos retórico. He hecho la traducción a favor de una comprensión escénica de La tempestad hoy». También en favor de la idea central a la que se han aferrado a la hora de encarar el montaje, que es la acción del hombre sobre la naturaleza, incluyendo la humana, en la que vemos cómo en la búsqueda de la felicidad, se deja llevar por una ambición equivocada que le destruye individualmente y, con ello, también el medio que le rodea, «de ahí que palabras como libertad, violencia y dominación están en la función de una manera especial. Esta es la idea central que hemos querido desarrollar junto con la exploración de lo cómico, lo lírico…».

En lo que la escenografía se refiere se han fijado algo que Shakespeare recalca continuamente, una isla… una isla. Tal y como explica la directora, «como en esta obra Shakespeare está hablando de la naturaleza del teatro, nosotros hemos optado por la capacidad de evocación y por la magia de dicho medio». Y teniendo en cuenta que se trata de un arte colectivo, y para que se produzca la catarsis de todos quienes participan en la función, se han decantado por un juego, pactar que se está aquí. De tal manera que se han ido a una síntesis máxima, a lo desnudo, haciendo que el actor y su palabra se conviertan en arquitectura.

El Festival Shakespeare de Santa Susanna es un evento temático que engloba la obra de este autor a través de las diferentes vertientes artísticas que su obra ha originado, como el teatro, la música o la danza, acompañadas de conferencias. Pero no se trata de un festival de teatro clásico, de una visita al Shakespeare arqueológico, sino de su obra hoy, tal y como advierte su director Paco Azorín. Por eso, en la propuesta que la organización hace para esta segunda edición, se encuentran diferentes escenificaciones de sus títulos más importantes, así como las particulares obras que, inspirados en su obra, proponen cuatro creadores contemporáneos con su participación en el proyecto 4+Shakespeare=.

Además de coproducir el estreno de La Tempestad, el festival colabora en la producción de Últim quadern de notes de William Shakespeare para la que Edward Bond ha imaginado el descubrimiento de un tesoro, un cuaderno de notas, aforismos y pensamientos del bardo, o del musical familiar La comèdia del errors a cargo de Coco Comín, o Limbo de Elena Cester y Eva Recacha, o la ópera La violació de Lucrecia junto al Institut Valenciá de la Música. La programación se completa con El Rei Lear de Calixto Bieito, un Macbeth a cargo del Teatro del Olivar, Othello, per morire in tuo bacio de MAS Juvarra, una selección de piezas del Corella & Ballet, la clownesca Giulietta de Pepa Plana, Quién va? de la compañía Nohaquórum y la propuesta de teatro total de Mauricio Celedón con Karlik y Samarkanda, titulada Amloii, como lo dijo Hamlet.

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