Críticas de espectáculos

Noite/Circolando

Del caos a la redención

La compañía portuguesa Circolando ha presentado su montaje más reciente con el que inicia una nueva etapa que marca su redefinición artística. En «Noite», un espectáculo potente, significativo y de enorme lucidez, se plantea un diálogo y reflexión metafísicas sobre la luz y la oscuridad.

Empezando por esto último hay que hablar del principio, de las tinieblas y de la luz. El Génesis refiere que «La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían el abismo (…) Dijo Dios: ‘Haya luz’; y hubo luz. Y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las tinieblas noche, día primero». Quizá fuera esta premisa bíblica lo que inspirara al poeta portugués Al Berto, seudónimo de Alberto Raposo Pidwell Tavares (1948-1997), para escribir acerca de la noche como periodo oscuro que marca a las generaciones que habitan en los suburbios urbanos y en el subterráneo de la ciudad. «A noite envolve-me, fustiga-me o susto e o medo, cria penumbras, sombras esbeltas, claros-escuros que me dão uma outra dimensão da vida. Ainda consigo ter disponibilidade para amar.» El poeta asimila las tinieblas a la devastación, a la sociología de los desheredados, a la situación bélica; pero todavía le queda la posibilidad de amar.

Estas imágenes han inspirado a Cláudia Figueiredo y André Braga, creadores de Circolando, para desarrollar «Noite». Estos artistas han indagado en ese submundo social para construir un espectáculo plagado de imágenes hermosas y de sensaciones intensas en cuanto al dramatismo con una segunda parte lúdica en donde el ser humano se redime a través de la compasión, de la piedad.

Tanto el director del montaje como la dramaturga pretenden un espectáculo de danza para redefinir la trayectoria de la compañía con relación a su etapa antropológica anterior. Es cierto, estamos ante un giro estético y poético de Circolando en el que predomina la danza –algunos intérpretes tienen una marcada formación en la danza– sin embargo, tanto la utilización de los materiales escénicos como la meticulosa iluminación, la extraordinaria partitura musical, y los juegos escénicos nos muestran un trabajo exquisito, depurado y energético de teatro gestual apoyado en la fisicalidad y la expresión corporal. En este sentido, Circolando abandona la tradición para instalarse en la investigación de danza/ teatro contemporáneos sin abandonar el significado poético y evocador, expresivo con matices conceptuales apoyados en el compromiso social.

Por esto, decía, que «Noite» es un espectáculo significativo. Aborda la estética contemporánea con una temática coherente y arriesgada. Al igual que el poeta Al Berto, dibuja la metafísica de la oscuridad que nos rodea que está en la guerra, en la destrucción, en los suburbios urbanos, en las cloacas, en la lucha por el poder. Del mismo modo, la luminosidad la encontramos en el arte liberado de ataduras, en el juego teatral, en el ser humano cuando se muestra compasivo; la luz está en la esperanza –Circolando cree en la persona como individuo y como colectivo– , la luz está en la misericordia humana, en la caridad.

En «Noite» nada es gratuito ni superfluo; aunque pudiera parecer que la segunda parte sobrara después de un trabajo expresivo portentoso y agotador, la obra posee una dramaturgia evidente. Por eso, decía en la introducción, el espectáculo posee una lucidez enorme; las dos partes se complementan. Y es que, el proceso de trabajo de este montaje se ha basado en una idea madre que se desarrolla con escenas que tienen sentido en sí mismas. A partir de cada premisa han surgido las improvisaciones actorales que han sido filmadas y analizadas para encontrar una ilación, hilvanando una escena a otra sin perder la autonomía de cada una de ellas. Desde esta perspectiva, la música, con un DJ en escena permanente, aparte de los tres bailarines/ actores, sirve de nexo de unión.

A modo de ejemplo hay que referirse al silencio cuando la luz busca entre el caos; hay que referirse al sonido genitivo con los gusanos; a la intensidad sonora en crescendo para la destrucción; al sonido sideral inspirado en Jean Michel Jarre con la construcción piramidal; a la música de «Nintendo» con la guerra; al «Lacrimae» del «Réquiem» de Mozart para expresar lo apocalíptico con la mesa de sonido sola en la escena a modo de catafalco, imponente; en fin, al «Agnus Dei» mozartiano suplicante y esperanzador para cerrar la elipsis…

«Noite» es un montaje potente tanto en el lenguaje como en el discurso. Cerca de un centenar de neumáticos usados de autos invaden la escena en un orden y desorden entrópicos constantes. Los intérpretes juegan con los neumáticos para destruir y construir una escenografía cambiante absolutamente significativa: edificios, escombros, pirámide, naufragio, islas, ring, hábitat donde se metamorfosea la ninfa, campo de batalla… El movimiento físico, la energía de los actores, recuerda en cierto modo al lenguaje «furero», para entendernos. Pero no todo está basado en los neumáticos. Hay una escena soberbia que simboliza la lucha a muerte por el poder en donde dos actores con guantes de boxeo realizan un ejercicio físico extraordinario significando dos escorpiones donde la fuerza está en la expresión corporal.

La intensidad dramática está presente en toda la obra, pero hay partes perturbadoras al límite: tras un aparente juego inocente con un globo rojo en forma de corazón, el personaje lo estruja en un acto de extrema posesión hacia el ser amado, lo rompe y el confeti interior se expande a modo de fluido donde los personajes se bañan con fruición.

Asimismo, conmueve hacia la comicidad la escena del payaso que, encarnando el universo del arte, realiza pasos canónicos de ballet, pero intenta salirse de la ortodoxia y es perseguido para que permanezca dentro de la norma. Se incita a la risa con la escena de las pelucas parodiando cierto consumismo femenino/ masculino en desnudo integral. Conmueve la compasión que uno de los personajes ejerce ante el DJ extenuado porque ha sido obligado a bailar a modo de venganza de los actores/ intérpretes que le miran con naturalidad. En esta excepcional escena el espectáculo rompe el discurso, descompresiona la intensidad usando la metateatralidad para subrayar que el espectáculo ha sido un juego, quizá un juego duro pero, al fin, un juego teatral.

Con todo, «Noite» se me antoja un espectáculo rotundo tanto en su parte técnica, en el montaje, como en el aspecto significativo, poético. La pieza, que junto a los trabajos «Arena» (2012) y «Paus y pétolas» (2013) engloba el Ciclo de las Ruinas, según la compañía, marca el punto de inflexión en Circolando que ha abandonado el teatro de calle y la poética antropológica para instalarse en la contemporaneidad.

Desde esta perspectiva, quizá quepa recordar que Circolando ha enseñoreado sus espectáculos desde Bolivia a Macao, desde Finlandia a Marruecos. La compañía de Oporto creada en 1999, es conocida en todos los países de la UE, exceptuando Grecia e Italia y algunos países del Este. Son conocidos los celebraros montajes de «Charanga» (2003), «Cavaterra» (2004), «Cuarto Interior» (2006), «Casa Abrigo» (2008), «Mansarda» (2009) entre los más lejanos. Y entre los más recientes cabe señalar «Arena» (2011), «Arraial» (2012), una fiesta para conmemorar la Capitalidad Europea de la Cultura de Guimarães y Oporto, «Horas» (2014), «Ríos do Sonho» (2014). En fin, Circolando ha sido y es una compañía que ha acreditado un merecido certificado de calidad. «Noite» rompe los esquemas anteriores y se encierra en la caja escénica de un teatro convencional creando una puesta en escena cuadrangular –seguramente que también funciona con visión frontal– que perturba lo canónico y lo tradicional.

Manuel Sesma Sanz

Espectáculo: Noite – Dramaturgia: Cláudia Figueiredo – Creación: André Braga, Cláudia Figueiredo, Paulo Mota y Ricardo Machado – Intérpretes: André Braga, Paulo Mota y Ricardo Machado – DJ.: André Pires – Iluminación: Francisco Tavares Teles – Dirección: André Braga – Coproducción: Circolando, Teatro Municipal do Porto, São Luis Teatro Municipal de Lisboa y Centro Cultural de Ílhavo – Teatro Rivoli de Oporto, 27 de noviembre. Estreno absoluto.

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