Críticas de espectáculos

Ekidazu/Kukubiltxo

Música liberadora
Obra: Ekidazu
Autores: Kirmen Uribe, Josu Camara, Idoia Agirre
Intérpretes: Mari Feli Etxeandia, Iurgi Etxeberria, Ion Eriz, Javier Obregón, Elene Sustatxa
Escenografía: Quim Guixá, Iñaki Etxeandia
Vestuario: Nati Ortiz de Zarate
Iluminación: Aitor Agorria
Música: Oskorri
Dirección: Josu Camara
Producción: Kukubiltxo
Teatro Jovellanos –Gijón- 18-02-03 FETEN
A los burros de Ekidazu no les suena la flauta por casualidad sino que en la fábula que nos ocupa su lucha pequeña, pero importante, es volver a que en su pueblo suenen las músicas, la vida no sea solamente una cadena de transacciones, trabajar para poder comprar aquello que nos dicen que debemos comprar porque se ha puesto una gran superficie que intenta hacer que bajo su comercio los valores se trastoquen, y las modas, los modos, la vida cambie. Y para peor.
Parece claro el mensaje de la obra, tiene aires ecologistas, muestra la posibilidad de cambiar el decurso de las previsiones impuestas, la unión es lo más lúcido frente a las imposiciones. Y se explica recurriendo a una estética que lleva años desarrollando Kukubiltxo, en donde se unen los volúmenes aportados por las escenografías hinchables, la disposición espacial que marca un dispositivo técnico que influye en la propia concepción artística y un soporte musical muy identificable que va creando otra textura emotiva y sensitiva y que de nuevo la hecho Oskorri.
Grandes muñecos con actores y sus duplicados en tamaño títere ayudan a una narración modular, a un juego escénico que proporciona momentos felices. La comunicación con los cientos de pequeños espectadores fue rotunda e inmediata. Algunos niños tomaron postura ante el conflicto de manera expresa. Lo que quiere decir que existe trasvase de energías, que la propuesta tiene esa facilidad para crear estados colectivos y eso es una buena noticia que hace que los desajustes dramatúrgicos que se vislumbran queden minimizados. Es un trabajo compacto, muy cohesionado que en ocasiones se demora en diálogos explicativos, pero que consigue que la linealidad de la historia aporte la información necesaria para su comprensión y toma de postura. Y vuelve a sonar la música liberadora.
Carlos GIL

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