Críticas de espectáculos

Fuerzabruta/Ozono 3 Producciones

Fiesta empapada de energía

 

«Fuerzabruta» propone una fiesta en el mejor estilo comunitario y de participación. El público asiste de pie, en cuclillas, baila, palmea, grita, se desplaza por la pista a modo de una discoteca que ofrece un programa visual en vivo aportando energía con enorme intensidad.

Envolvente, el montaje producido por Ozono 3, Producciones, ofrece multitud de miradas, perspectivas, imágenes y sensaciones que abarcan los 360º de cada espectador. «Fuerzabruta» arrolla al público desde diversas posiciones, exige de una atención que sorprende una y otra vez con cada acción. Apenas hay descanso para la mente y para el cuerpo, el público se nota inmerso en un universo mágico, potente, festivo y también intelectual, ¿por qué no?

Y es que «Fuerzabruta» se desarrolla en dos planos. Uno, el del público que se divierte y complace, participa y protagoniza, recrea y reflexiona. Y otro, el de las acciones que se suceden a modo de performances sin aparente continuidad pero que conforman una dramaturgia poderosa situando al hombre, al ser humano, frente a la Naturaleza y sus manifestaciones impetuosas. Son dos planos que se superponen para el análisis pero que se funden formando una esfera virtual de emociones y percepciones proporcionando una experiencia espectacular.

La música disco predispone a la fiesta, la sugerente iluminación crea atmósferas, las plataformas móviles inquietan, las pantallas / paredes se estrellan contra los personajes como un urbanismo agreste, la enorme piscina transparente en el cénit actúa como un mar mágico, la extensa tela metalizada sobrevuela como una vela al viento, la pantalla metálica en ciclorama describe un cielo inmenso, el agua micronizada es una lluvia refrescante, el humo con ventilador se aprecia como una niebla invasora, sonidos estridentes de la civilización, explosiones de confetis como nieve gozosa, la agitada danza de la humanidad, el suave contacto con los personajes que excita al espectador, miles de efectos especiales sumergen al público en una esfera etérea donde los sentidos se alertan y predisponen a la interacción.

Cada acción posee un poder energético en sí misma: el hombre corriendo contra el viento y la lluvia, los personajes y muebles que se derrumban, los seres humanos aprisionados que se enardecen en júbilo por su libertad, los sueños voladores y el fuego, las bocinas amenazantes, las danzas que rayan en la esquizofrenia, cada acción derrocha energía. No obstante, también hay momentos de sosiego con imágenes bellísimas. La gran pecera sobre las cabezas de los espectadores ofrece momentos sublimes con cuatro bailarinas dentro. Los juegos con el agua muestran una exquisita sensualidad. El reflejo de la superficie sugiere la tensión superficial del agua creando la sensación paradójica de que el observador está bajo el agua y las «sirenas» se mueven en otro mar a un nivel superior.

Con todo, «Fuerzabruta» desarrolla una poética dramática que permite reflexionar. El ser humano camina, corre, está dentro de un medio que a veces le es hostil. La Naturaleza en todas sus manifestaciones le obliga a utilizar la fuerza contra el viento, la lluvia, los movimientos sísmicos, el fuego. El espíritu de superación le lleva al hombre al sueño de volar, al ansia de navegar, a investigar las profundidades del mar. El ser humano vive en un ejercicio permanente de supervivencia natural al que hay que añadir el esfuerzo de resistir con la civilización.

Poesía, belleza, energía, fuerza y acción, «Fuerzabruta» emociona y transforma al público en agente de su propia visión y percepción del espacio para ser protagonista o un simple mirón.

Manuel Sesma Sanz

Espectáculo: Fuerzabruta.

Teatro Circo Price de Madrid hasta el 23 de octubre.

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