Críticas de espectáculos

Paris 1940/ Josep María Flotats

PARÍS 1940. Según “Elvira-Jouvet 40” de Brigitte Jaques.

Dirigida y producida por Josep Mª Flotats.
Interpretada por Mercè Pons y Josep Mª Flotats.
Candidata a mejor montaje, mejor actor, mejor director y mejor guión adaptado. En los premios Max de Teatro.

EL ARTE MÁS BELLO: VIVIR.

Algunas veces nos habita una sensación que no podemos ubicar en los cotidianos “me gusta” o “me encanta”, ni en los expresivos “me fascina” o “me maravilla”, tal vez porque va más allá, aunando en sí todos y cada uno de los sentimientos que podamos atribuirles, creando algo extrañamente familiar, donde lo que importa, donde lo que realmente mostraría aquello que hemos de decir, se halla en lo que se nos queda indefectiblemente fuera para arropar las palabras que escribimos, que escribo.
PARIS 1940 y por ende, Josep Mª Flotats, justifican y responden a mis “por qué”… regalándome la pasión que, cada día, camina a mi lado, desde que el teatro alzó su telón y me invitó a pasar. Lo que representa o lo que se vive en PARIS 1940 , con una semidesnudez escenográfica que engrandece, más si cabe, las interpretaciones de Mercè Pons y Josep Mª Flotats, tiene que ver con esa deuda humana que existe entre el arte, el talento y la dignidad; palabras que han perdido su significación original, en pos de una adulteración vana y gratuita, que nos lleva en ocasiones, a conformarnos con casi nada, cuando en nosotros se halla el todo más absoluto.
Flotats lleva en sí la piel y el espíritu de Louis Jouvet, actor y director francés, innovador del diálogo entre sus alumnos, con el fin de hacerles ver desde el interior, desde “su interior”, el abordaje del papel sobre el escenario, hasta “encontrar el sentimiento”, hacerlo suyo y hacerlo nuestro.
Esta obra de teatro va más allá de la intensidad que origina por cuanto lo que “Jouvet-Flotats”, intenta hacer comprender a su alumna “Pons-Elvira”, traspasa la misma línea del teatro (la batería) y el espectador acaba por sentirse personaje de su propia obra, la vida.
¿Tiene algo que ver el teatro con la vida? Sin duda, no sólo “la poesía es un arma cargada de futuro”, el teatro es mucho más que dos horas de risa y evasión; es riqueza, pasión, sentimiento y descubrimiento de aquello que por inconsciencia, temor e incluso orgullo, rehusamos ver y, consecuentemente, sentir.
Jouvet nos dejaba, hace más de 50 años, su ética de los sentimientos, a partir de la que Flotats nos implica en algo tan difícil como hermoso: “Sentir en el alma el personaje que nos habita”, y prodigiosamente, lo consigue en un solo instante, con dos gestos, sumados a un abrazo y un miserable dibujo que alguien plasmó en el abrigo de Elvira…
A la salida del teatro, recordé dos palabras que una persona dijo en numerosas ocasiones y que, osada y apasionadamente, hice mías hace tres meses más o menos, “silencio, vivimos…”
Le dí las gracias y seguí caminando, seguí mirando a las estrellas… como de él continúo aprendiendo.

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