Críticas de espectáculos

Farsas y églogas/Nao d’amores

Ironía bucólica

En una sociedad urbanita, industrializada, y algo descreída, lo bucólico no está de moda. Tampoco lo está estudiar humanidades y menos latín. Sin embargo, hay mil razones para reivindicar estas cuestiones. Una de ellas puede ser descubrir nuestros orígenes históricos, reconocer nuestros referentes ideológicos, morales, culturales a fin de adquirir criterios sólidos con los que poder comparar, decidir, opinar en una sociedad democrática y plural.

La compañía castellana Nao d´amores tiene clara su trayectoria estética y temática, investigar en textos antiguos para sacar a la luz una literatura y una poética dramática que no están de moda, pero que forman parte de nuestro acervo cultural.

Tras el texto de «Danza de la muerte» en coproducción con Teatro da Cornucopia de Lisboa donde algunos quisimos ver cierto compromiso ético y social, Nao d´amores ha aflojado la tuerca para adentrarse en el divertimento. En «Farsas y églogas» de Lucas Fernández, se presenta un teatro lúdico que aporta una buena dosis de ironía que es tanto como hacer un guiño a la modernidad.

Ana Zamora, directora de la compañía, ha escogido cuatro pequeñas piezas publicadas en 1514 por el salmantino en las que los pastores y las gentes rurales se muestran en toda su sinceridad. El amor forma parte de la temática común, si bien las tres primeras muestran el amor humano, y la cuarta el amor divino con la representación de la Natividad.

Los lances amorosos entre iguales de la primera pieza aportan el lado irónico acerca de la procedencia familiar del hombre. Tras enumerar una larga genealogía que no convence al abuelo de la chica, el aval del pastor para ser aceptado es pertenecer a la familia del herrero del pueblo cercano, valorando la honestidad.

La caballerosidad o el honor de clase aparece en la segunda pieza. Un pastor queda «lastimado» porque un caballero se interpone en el lance con una dama. Ella elige al caballero y éste se compadece del pastor.

En la tercera pieza aparece un soldado que ha de enfrentarse a un pastor para obtener el amor de una mujer rural. El punto irónico aflora en el intercambio y reciprocidad de afecto entre los tres. El enfrentamiento «cruento» se resuelve con una espléndida danza de paloteo al modo castellano y un gracioso diálogo de aceptación.

Por fin, la cuarta pieza consiste en la representación de los pastores –ignorantes, incrédulos y burlones– que asisten al nacimiento de Cristo Jesús. Aquí se ironiza con la construcción de un retablo renacentista del que asoman todos los actores y músicos interpretando a los diversos personajes de la Natividad.

Arqueología y modernidad, Nao d´amores conjuga ambos factores no solo subrayando el aspecto irónico de la parte literaria sino presentando un montaje escénico exquisito, riguroso, bello, gracioso e inteligente. Hay una dramaturgia que evoca a unos primitivos cómicos de la legua; en este caso, la agrupación está compuesta por pastores trashumantes –en tierras castellanas sabemos bien de estas gentes– que instalan su carro ante un pequeño auditorio construido a modo de coro de iglesia. Cubiertos con simbólicas zamarras, portando cencerros, esquilas y cascabeles danzan, recitan, cantan y juegan con la representación.

La puesta en escena de «Farsas y églogas», como es habitual de Nao d´amores, cuenta con una parte musical muy importante bajo la dirección de Alicia Lázaro que se ha encargado de los arreglos de composiciones tomadas de los siglos XV y XVI. Entre acciones, juegos, recitaciones y retruécanos con acentos del castellano primitivo, las canciones subrayan un espectáculo gozoso, vivo y coral.

Y es que las músicas en este montaje poseen entidad propia. Alicia Lázaro ha hecho un trabajo de armonización magnífico donde demuestra no solo un gusto estético sesible y refinado sino un enorme talento artístico. Ha implantado, tanto en el aspecto instrumental como en el vocal, un significado dramático según cada situación. Es decir, en «Farsas y églogas» la música no solo sirve de acompañamiento sino que ilustra, destaca y dialoga con cada acción.

Finalmente, cabe puntualizar que la parte interpretativa, actoral y coral, muestra un trabajo impecable acentuando el carácter expresivo de la farsa y abordando la instrumentación y las voces con especial técnica y estupendo resultado artístico. Nos gustó de forma particular la interpretación de dos tríos de gran belleza armónica y evidente dificultad.

Con «Farsas y églogas» la compañía Nao d´amores mantiene su estética y su vocación por la investigación lingüística, escénica y musical de una determinada época histórica. El espectáculo aporta una brillante luz en la estética, rigor en el tratamiento documental, y magnificencia en lo artístico con soluciones escénicas sorprendentes, lo bucólico puede mostrar cierta modernidad.

Manuel Sesma Sanz

Espectáculo: Farsas y églogas. Autor: Lucas Fernández. Intérpretes: Sergio Adillo, Eva Jornet, José Vicente Ramos, Elena Rayos, María Alejandra Saturno, Juan Pedro Schwartz, Alejandro Sigüenza e Isabel Zamora. Vestuario: Deborah Macías. Iluminación: Miguel A. Camacho y Pedro Yagüe. Escenografía: David Faraco. Coreografía: Javier García Ávila. Arreglos y dirección musical: Alicia Lázaro. Dramaturgia y dirección: Ana Zamora. Compañías: Nao d´amores y Compañía Nacional de Teatro Clásico. Iglesia San Juan de los Caballeros de Segovia, 2, 3 y 4 de marzo. Y Teatro Pavón de Madrid desde el 23 de marzo al 22 de abril.

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